05 mayo 2006

¿Supremacía larga o efímera? ¿Supremacía larga o efímera?

La noticia de la semana es más confirmación matemática que noticia. El Barcelona ya es campeón de Liga. La número 18 de su historia y la primera que se gana tanto en miércoles como en un descanso. Además, este bicampeonato es ya el sexto que logra el equipo azulgrana. El último fue el logrado por Louis Van Gaal con Rivaldo y Luis Enrique como máximos estiletes. Así pues, de los 18 títulos ligueros que tiene ya el Barcelona en el museo Josep Lluís Núñez, 12 se han logrado de 2 en 2 (47-48/48-49; 51-52/52-53; 58-59/59-60; 90-91/91-92; 97-98/98-99; 04-05/05-06). Las otras 6 se han ganado en solitario (4) y una vez 4 seguidas. El dato es, pues, abrumador. De las 18 Ligas, sólo 4 han sido únicas y no han tenido continuidad (28-29; 44-45; 73-74; 84-85), pero sólo una vez se ha pasado de 2 seguidas (el famoso reinado 90-94 del Dream Team con 4 Ligas seguidas). Si hacemos caso a la estadística, hay pocas opciones para que el Barcelona gane la próxima Liga. En cambio, si hacemos caso al sentido común, la Liga que viene tiene grandes opciones de vestirse otra vez de azulgrana.

Si obviámos los problemas extradeportivos provocados por la Junta Directiva y que yo no quiero olvidar (marcha de Sandro Rossell y los suyos, salida oscura de Saviola, abrazo Laporta-Gaspart y no levantamiento de alfombras, venta de Can Rigalt, salida polémica del cuñado de Laporta, publicidad en la camiseta que no llega, elecciones sí, elecciones no con denuncia final que acabará en los tribunales, etc.) el proyecto ha sido, claramente, un éxito. Eso sí, sólo en el ámbito deportivo y, más concretamente, en el futbolístico. Hace tres temporadas, el club culé vivía sumido en una crisis social, económica y deportiva galopante que presagiaba largos años de sequía y permanencia en la oscuridad. Hoy todo ha cambiado y se ha cumplido una de las promesas de Laporta. “Retornar al equipo de fútbol a la primera línea mediática mundial”, clamaba el que fuera líder de l’Elefant Blau. Otras no, pero esa promesa –la más importante- sí que se ha cumplido a rajatabla. Y eso que ganó porque prometió el fichaje de David Beckham, que días después vistió de blanco y fue sustituido por Ronaldinho.

Hoy en día, el Barcelona tiene una plantilla completa y plagada de estrellas creadas en el propio Barça. Ronaldinho llegó como un brasileño filigranero. Cierto es que había opciones de que fuera un crack mundial, pero también las había de que fuera otro Denilson. En dos semanas –para mí, desde el golazo a la 1 de la madrugada contra el Sevilla- Ronaldinho ya había cautivado a la parroquia azulgrana. Hoy, tres temporadas después, es la indudable estrella number one del futbol mundial y ya ha levantado su primer Balón de Oro que seguro no será el último. Las otras dos estrellas son Deco y Eto’o. El brasileño-portugués, que llegaba como la estrella del Oporto campeón de Europa, se ha adaptado perfectamente a su papel de jugador que hace el trabajo sucio del equipo (cuando está no le ves, pero cuando no está le notas a faltar) y Eto’o está dando un resultado anotador que nadie esperaba (lleva ya 49 goles en Liga en sólo dos temporadas vestido de azulgrana). Además, este año hemos vivido la explosión de Márquez como enorme central y la de Edmilson como fabuloso pivote defensivo. Junto a ellos, los jugadores de la casa también han explotado. Así, Valdés se ha erigido como un portero de garantías para la meta blaugrana, Puyol ha crecido hasta ser uno de los mejores centrales del mundo, Oleguer ha pasado de irse cedido al Algeciras a ser el lateral derecho titular del equipo e Iniesta ha explotado hasta tal punto que media España hoy clama por verle en Alemania. Mención a parte merecen Messi y Xavi. El primero es hoy la perla en bruto más grande del fútbol mundial. En Argentina le ven como al nuevo Maradona y en Barcelona su camiseta ya es la segunda más vendida tras la omnipresente de Ronaldinho. Con sólo 19 años, Messi es la estrella mundial del futuro, el jugador que todos quieren ver porque ofrece cosas diferentes, el relevo de Ronaldinho de aquí a 3 o 4 años. Por lo que refiere a Xavi, esta Liga también es en gran parte suya. A pesar de su lesión de rodilla, el de Terrassa hizo un inicio de Liga brutal que provocó que todos lloráramos su baja. Un ejemplo de ello lo hayamos en la selección española. En junio, Xavi Hernández seguía siendo un suplente más para Luís Aragonés, pero su partidazo ante Eslovaquia (4 asistencias incluidas) abrió los ojos de la mayoría, que le han seguido situando como un fijo para Alemania pese a su grave lesión. Así, aunque sólo ha jugado dos medias segundas partes, nadie duda de que irá al campeonato teutón y algunos ya le sitúan como titular en la finalísima de París.

Por su parte, Rijkaard se ha postulado como un técnico idóneo para un club grande con tradición al buen fútbol. El técnico holandés ha sabido aplicar en el Barcelona las técnicas aprendidas de Arrigo Sacchi. En primer lugar, una defensa sólida, impenetrable y muy buena lanzando el fuera de juego. En segundo lugar, una presión constante al rival achicando espacios y ahogando la salida del balón. Y por último, una delantera con falsos extremos móvil y ayudada con llegadores. La mezcla, unida al gusto por tener el balón y al pase rápido y al primer toque, ha propiciado un equipo que juega de cine y que enamora a todo el mundo. Tanto es así, que muchos ya hablan del equipo del Jogo Bonito para calificar al Barcelona.

Con todo, el horizonte que se abre es precioso pero, al mismo tiempo, peligroso. Como ya dije en otra ocasión, cuando más alto subes, más fuerte y doloroso es el trompazo. Nadie duda de que esta plantilla, con algún retoque en alguna posición concreta (y no hablo precisamente de Henry) es un equipo marcado a ser de leyenda. Más aún, si dentro de 14 días vemos a Puyol levantando la ansiada Copa de Europa. Pero se gane o no el trofeo continental, el riesgo al descalabro de la plantilla existe. A nadie se le escapa que el Barcelona no atraviesa por un buen momento económico. Esto, unido a la dificultad de algunos para desembolsar los avales pertinentes, puede llevar al club a aceptar alguna de las ofertas jugosísimas que seguro que llegan y llegarán desde algunos parajes (léase Milán, Torino y Londres). Media Europa suspira por muchos de los jugadores del Barcelona y la marcha de alguno de ellos mermaría la calidad de esta plantilla que puede marcar una época. Y no sólo me refiero a Ronaldinho, Eto’o, Messi y Puyol (los 4 intocables para la mayoría de socios y aficionados), también meto en el saco a Xavi, Deco y Márquez. Especial temor circula acerca del mexicano, que lleva varios meses negociando una renovación que no acaba de llegar. En Londres y en Milán se frotan las manos, mientras algunos se creen que los aficionados se conformaran con la posible llegada de Chivu.

Los grandes equipos se forjan tras varios años de reinado, marcan escuela y son recordados en el tiempo de los tiempos. Eso sí, los grandes equipos sólo lo son si sus jugadores permanecen unidos varias temporadas, y en Barcelona existe una extraña tradición de vender a los buenos a los dos o tres años. Mucho cuidado, pues, que queremos seguir pronunciando la alineación que ya todos nos sabemos de memoria.

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Fotos extraídas de www.elperiodico.es y de www.marca.com

2 comentarios:

piterino dijo...

Excelente post, amigo Ignasi, como de costumbre!

Coincido contigo en que el horizonte que se abre es espectacular y en que precisamente Henry no es lo que más le hace falta al equipo (aunque completaría, eso sí, una nómina de asustar). Retoques en la plantilla?Yo hablaría de los laterales, donde quizá sí que se podría incrementar el nivel, y un medio defensivo, pues creo que Márquez por fin ha dado su nivel y forma una dupla impresionante con el gran Puyol.

De cualquier forma, yo siempre he sido de los que creen que esto del fútbol se mueve por ciclos, y que éstos, a su vez, no suelen durar más de cuatro o cinco años. Así que me parece que estamos en el ecuador del ciclo triunfal blaugrana, si no cambian las cosas de manera radical por Madrid (que no tiene pinta).

Un saludo!

Pablo G. dijo...

Buen post. Hay supremacia para rato. Yo no ficharía a Henry