31 diciembre 2006

¿La vereda de la puerta de atrás?

MÚSICA - La vereda de la puerta de atrás (Extremoduro)


Hace apenas un año todos teníamos algo de amarillo en nuestro interior. El Villarreal, debutante en la Champions League tras una temporada liguera espectacular, se había clasificado para los octavos de final -y ¡como primero!- tras superar un grupo dificilísimo en el que el Manchester United mordió el polvo frente al Benfica en una última jornada no apta para cardiacos. Si en el éxito liguero de la 2004-05 nadie dudó en sobresaltar el importantísimo papel jugado por Forlán y sus goles (aunque Riquelme también completó una temporada fantástica), está vez, en el 'milagro de la Champions', el gran buque insignia sería Riquelme. Román volvió a ser el gran mariscal de Boca Juniors, el temple en persona, el director de una orquestra que sonaba de maravilla por Europa. Goles de falta por doquier, ritmo pausado o acelerado según exigía el guión, control. Al son de Riquelme el Villarreal se hizo grande y eliminó a Glasgow Rangers en octavos y a Inter en cuartos. Sólo quedaba un último obstáculo en el camino hacia París, el Arsenal de Henry, Cesc y Touré. En Londres, el Villarreal sucumbió por 1 a 0 en el último partido de Champions que vio el mítico Highbury Park. Todo quedaba abierto para la vuelta. Tras 89 minutos de acoso y derribo, el Arsenal había aguantado el temporal amarillo. Parecía que los gunners estaban ya en la final, pero el destino quiso otorgarle a Riquelme la última oportunidad. Penalti. El gol le da al Villarreal la prórroga y, visto lo visto sobre el césped de El Madrigal, un pie y medio en París. 11 metros, la gran especialidad del ‘10’ amarillo, pero Riquelme falla ante Lehmann, que dos meses después, en tierras alemanas, también sería el responsable de mandar para casa a Argentina antes de tiempo.


Tras el error, todos salimos a la defensa de Riquelme. Obviamente, el penalti sólo lo falla el que lo tira. Nadie se dio cuenta de que aquel día se perdió algo más que un billete para una final europea. En Argentina se frotaron las manos ante el director que debía llevar a la albiceleste a realizar un gran papel en Alemania, pero Riquelme volvió a ser ese jugador apático e inconexo con el mundo que fue en Barcelona. No completó un mal Mundial, simplemente desapareció. Y esto, en clave Riquelme, es lo peor que puede pasar. A Román le gusta ser protagonista, tener el balón, mimarlo, mirar, pisar y girar al otro lado, sentirse líder. Con esto es uno de los mejores del mundo. Sin ello, pasa a la mediocridad. No hay medias tintas. Terminado el Mundial, Riquelme colgó la camiseta albiceleste. Empezó la Liga y Riquelme siguió en estado de letargo. De las 15 jornadas disputadas hasta el momento, el ‘10’ ha jugado los 90 minutos de 13, perdiéndose sólo 2 encuentros y por lesión. ¿Lo está haciendo mal? No, simplemente, parece que no está. Para un equipo como el Villarreal, construido y pensado para girar entorno de Román, significa la ‘muerte’: 11º en la Liga y fuera de la Copa del Rey.

Y ahora, para rematarlo, llega al Submarino Amarillo Matías Fernández, un jugador llamado a marcar una época, no sólo en El Madrigal, sino en el fútbol mundial. Matigol juega en la misma posición que Riquelme y, como a él, le gusta mimar el balón, pisarlo, gambear, sentirse líder. De aquí a final de temporada, todo apunta a que Matías jugará en las segundas partes y, seguramente, muchas de estas veces el sacrificado tendrá que ser el hasta ahora intocable Riquelme. Puede qua en momentos clave puedan estar los dos juntos sobre el césped, pero, por definición, ambos son incompatibles. ¿Le estarán enseñando la puerta de salida a Riquelme? Ver cómo reaccionará Román ante esta nueva situación es toda una incógnita. Puede que despierte y vuelva a ser el gran mariscal, pero conociendo un poco su mentalidad, estamos posiblemente ante el final de un ciclo, y media Europa ya se frota las manos. Y es que, aunque no lo parezca, Riquelme tiene sólo 28 años, la edad perfecta para un jugador de fútbol.

El dato: La llegada de Matías Fernández, Gago e Higuaín al fútbol español completa una saga de jóvenes talentos sudamericanos llamados a marcar época en el futuro inmediato. Se unen a Messi, Robinho, Agüero, Carlos Vela y Lobos.

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El penalti de Riquelme frente al Arsenal


Matías Fernández, la nueva perla del fútbol sudamericano (dalealbo.cl)


18 diciembre 2006

El Mundial de clubes y los excesos de la FIFA


El único hueco vacante en el frondoso museo del Barça todavía deberá esperar. Si en 1992 fue el Sao Paulo quien le negó la Copa Intercontinental al Dream Team, ayer, otro club brasileño, el Internacional, repitió la historia y se adjudicó su primer Mundial de Clubes. Y eso que parecía que esta vez sí era la buena. Pero las grandes expectativas generadas tras el recital ante el América pronto se vieron truncadas. Y es que ayer el Barça ya mostró desde un principio que no se sentía cómodo sobre el césped y acabó sucumbiendo ante el enredo táctico propuesto por un compacto Internacional.



La derrota de ayer deja un sabor extraño que depende del prisma por el que se mire. Por un lado, si atendemos a la ilusión de alzar el único título que faltaba, la sensación es duramente amarga. Era la gran ocasión, el broche de oro a una temporada maravillosa. Y batacazo. Pero por otro lado, esta Copa lleva el sello inconfundible de la interesada FIFA, que como siempre busca ganar el máximo dinero posible a costa de los demás. Ellos organizan, ponen las reglas y a chupar del bote lo máximo que se pueda. Y, en este sentido, me alegro que dejen de ganar mucho dinero por la derrota del Barça, club que vende mucho más alzando la Copa Intercontinental que el Internacional de Porto Alegre. Ya les pasó algo parecido en el Mundial de Alemania. La FIFA prefería que Italia no fuera campeona. Les gustaba más Brasil, Alemania o Francia. Y una vez errada su propuesta y con Italia con la Copa, toca exprimir por otro lado. ¿Solución? Puede que sea el alud de trofeos individuales que está recibiendo Cannavaro, la nueva imagen de la FIFA bajo el lema “los defensas también pueden ser los mejores”. Y Zidane segundo, y eso que completó la peor temporada de su maravillosa carrera. Sí, jugó tres partidos del Mundial a un altísimo nivel, pero su año fue horroso y terminó expulsado en la final por una agresión totalmente contraria al Fair Play que la FIFA intenta vender. Eso sí, uno de los mejores defensas del mismo Mundial y a su vez campeón y goleador en la final, Materazzi, no estará esta noche en la gala de la FIFA ni como invitado. Ya se sabe, para la FIFA, quien la hace la paga, y Materazzi les "chafó" su premio al mejor jugador del Campeonato.


Y no quiero que se interprete esta crítica hacia la FIFA como una pataleta tras la derrota del Nissan Stadium. El Internacional fue mejor y se proclamó campeón de forma totalmente merecida. Es más, no voy a salir diciendo, como algunos hacen, que el Mundial de Clubes es un Gamper invernal, para restarle relevancia al varapalo de ayer. Para mí, la Copa Intercontinental es muy importante y la derrota del Barça es un batacazo de altos vuelos. No hay excusas. Pero ya hace demasiado tiempo que la FIFA se interesa más por el dinero que por el fútbol en sí. Y es que ¡por Dios!, si hasta las radios tuvieron que pagar una cuantiosa cantidad de euros para poder retransmitir el torneo. ¿Alguien se ha preguntado por qué se ha ampliado la gama de participantes en el Mundialito? Los más románticos apuntan que es para democratizar el fútbol, pero lo cierto es que de este modo se juegan más partidos y, por consiguiente, los beneficios de patrocinadores y demás se multiplican. ¿Alguien se ha preguntado por qué se juega en Japón? Al principio fue para implantar una sede imparcial de partidos de europeos contra sudamericanos. Luego, entró Toyota y la Copa pasó a llamarse, oficialmente, Copa Toyota (yenes por doquier). Ahora, y tras el fracaso estrepitoso de llevar el fútbol al lucrativo mercado norteamericano, la pasta está en Japón. ¿Qué los equipos deben tirarse 13 horas dentro de un avión? Pues que se los peguen, pero ayer el Nissan Stadium estaba lleno hasta arriba de japonenes futboleros. Y lo mismo ocurre con los Mundiales de selecciones. El número de participantes aumenta cada vez más reduciendo con ello la calidad de los partidos. Cada año los jugadores disputan más partidos. Por qué será que cada vez hay más lesiones.



Se organizan jornadas de partidos internacionales amistosos y hasta Copas Confederaciones para multiplicar los ingresos. Mientras, los clubes siguen pagando las fichas de unos jugadores que se acaban lesionando al servicio de una FIFA que no paga, sólo cobra. Lo mismo ocurre en la UEFA, y ya se rumorea que el organismo europeo que rige el fútbol quiere ampliar la gama de participantes en las Eurocopas de 16 a 32. Luxemburgo, San Marino y las Islas Feroe ya se frotan las manos. Mientras, a un jugador le secuestran al padre (Jonatás) y la UEFA veta a su club para que sus jugadores aparezcan con una camiseta de apoyo en un partido de la UEFA Cup, no sea que la camiseta lleve alguna marca comercial que no haya pasado antes por caja.

Y lo más triste de todo es que nadie hace nada. Hubo un intento de Super Liga Europea al estilo NBA, pero las presiones de la UEFA hacia los clubes implicados apaciguaron el temporal. La FIFA y demás federaciones fueron válidas al principio. Hoy, se han montado en el dólar y parece que nadie les pueda toser. Algunos deberían aprender del Charleroi.

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El dato: Con la de ayer, se han disputado 45 ediciones de la Copa Intercontinental. 24 han sido alzadas por equipos sudamericanos y 21 por europeos.

04 diciembre 2006

100 años de 'Toro'

- Himno oficial del Torino FC - Ancora Toro

Ayer fue un día emotivo para el Calcio. Uno de sus históricos, el Torino, cumplió 100 años. Y lo celebró por todo lo alto, con un Stadio Grande Torino (antiguo Comunale Vittorio Pozzo) lleno hasta la bandera festejando con una emotiva ceremonia su tan esperado aniversario. La fiesta fue completa, pues el Toro venció por un 1 a 0 al Empoli gracias a un solitario tanto de Comotto.

El FC Torino nace el 3 de diciembre de 1906. Ya desde los primeros años su historia estará plagada de alegrías y de penas, de éxitos y de desgracias. En la temporada 26/27 obtiene su primer Scudetto, pero éste queda invalidado por motivos todavía hoy oscuros. Al año siguiente, el Toro vuelve a alzarse con la liga, la primera aceptada oficialmente. Aún y así, la época dorada del conjunto granata todavía estaba por llegar. Tras unos años 30 dominados por la Juventus, nació el Grande Torino, nombre con el que se conoce al mítico equipo que dominó la Serie A durante la década de los 40. Con un once ideal que todavía hoy recuerdan de memoria los tifosi del Toro -Cigalupo, Ballarin, Maroso, Martelli, Rigamonti, Menti, Loik, Gabetto, Ossola, Castigliano y Mazzola- el FC Torino alzó 5 Scudetti consecutivos y una Coppa de Italia. Parecía que el equipo no tenía límites, pero un trágico accidente de aviación terminó con la época dorada del Grande Torino. La desgracia más triste del Calcio aconteció el 4 de mayo de 1949 y para siempre será recordada como “La tragedia de Superga”. El equipo volvía de Lisboa de disputar un partido amistoso contra el Benfica que rendía un homenaje a Ferreira, capitán del equipo luso que colgaba las botas. A las 17:00, el avión Fiat G212 que transporta a la expedición granata debe tomar tierra en el aeropuerto de Turín, pero el piloto pierde el control y se estrella contra un murallón posterior a la Basílica de Superga. Las 31 personas que viajaban en el avión mueren en el acto, entre ellos 18 futbolistas, 2 dirigentes, 2 entrenadores y 3 periodistas. Del once titular de la selección azzurra de la época, 10 jugadores mueren en la Tragedia de Superga. Sólo un integrante de la plantilla del Grande Torino salva su vida, Sauro Tomá, que no viajó a Lisboa por estar lesionado del menisco. Se dice que en aquel avión debía viajar una persona más que, por problemas burocráticos, tuvo que aplazar su entrada en el equipo. Era el nuevo fichaje del Grande Torino, la guinda del pastel que aseguraría largos años de éxitos: Ladislao Kubala. La tragedia conmocionó a Italia. Al año siguiente, la expedición azurra que viajó a Brasil para disputar el Mundial de 1950, lo haría en barco.

Tras el fatídico accidente ya nada volvió a ser igual para el Torino. El equipo pasó de dominar Italia a ser un club más de la Serie A. Tuvieron que pasar 25 años para que el Toro volviera a reinar en el Calcio. Tras alzar dos Coppas de Italia (67-68 y 70-71), el Torino de Mozzini, Caporale, Sala, Graziani y Pulici volvió a levantar un Scudetto en la temporada 75-76, y nada menos que por delante de su eterno rival, la Juventus. Los dos años siguientes, el Torino fue subcampeón, ambas veces por detrás de la Juve, y ambas veces por tan sólo un punto. Lo mismo le ocurriría en 1985, cuando el Hellas Verona le arrebató el Scudetto en la última jornada. Durante los años 90, el equipo deambula por la zona media de la tabla y desciende a la Serie B en dos ocasiones, mostrando además graves problemas financieros. Finalmente, la entidad entra en quiebra y a punto está de desaparecer. El club, cuyo nombre había cambiado de FC Torino a Torino Calcio en 1978, cambia de nombre y se vuelve a inscribir en la Lega como Torino FC. Tras 4 temporadas en la Serie B, el pasado mes de mayo vuelve a ascender a la Serie A para celebrar su centenario allí donde se merece, en la elite del fútbol italiano.

Siempre se ha dicho que Italia es de la Juventus y la ciudad de Turín del Torino. La afición del Toro no es una afición cualquiera. Y es que el equipo piamontés es el único que tiene retirada la camiseta con el número 12, en homenaje a su fiel afición. Afición que ayer rindió un maravilloso homenaje al equipo de sus amores. Hubo colorido y cánticos al unísono. Hubo fiesta y alegría, pero también hubo un emotivo recuerdo para los 31 fallecidos de Superga. Felicidades Toro. Por siempre Grande Torino.

PD: Sigo sin poder subir imágenes a mis posts. Lo he intentado tanto por el blogger como a través de un servidor externo. Si alguien sabe cómo podría solucionar el problema le agradecería mucho su ayuda, pues a mi me gusta ilustrar los artículos.