19 noviembre 2009

La FIFA ya tiene su mundial

La República de Irlanda no merecía un final así, tan crudo, tan duro. No fue peor en el Croke Park de la ida y fue netamente superior en Saint-Denis. Mejor plantada sobre el terreno de juego, aguantando la presión ambiental, maniatando a un equipo plagado de estrellas dirigido por un técnico estrellado, porque Francia cada vez recuerda más a la Argentina de Maradona. Los chicos de verde sufrieron poco para estar jugando contra la subcampeona del mundo con un billete tan goloso en disputa, tuvo más y mejores ocasiones, merecía, como mínimo, los penaltis, pero a veces son demasiadas las adversidades, demasiadas montañas que escalar, incluso para aquellos llamados a convertirse en héroes. Porque ayer, tras el gol de Robbie Keane me acordé de Kostadinov. Bulgaria. Pantalón verde-camiseta blanca. 17 de noviembre de 1993. París. Sin embargo, aquel día Cantona no controló con la mano para dársela a Desailly.

Tiene que ser extremadamente jodido quedarte de este modo tras 14 meses de lucha constante, sin haber perdido ningún partido en toda la fase de clasificación. Acabar segunda y ver como la FIFA, contradiciendo el plan inicial, se inventaba un sorteo con cabezas de serie, no fuera que una de las gigantes se quedara en casa disminuyendo, aunque sea sólo un poquito, la cantidad a recaudar. Tiene que doler recibir a la subcampeona del mundo, jugarle de tú a tú y perder 0-1 con un gol de rebote. Viajar a Francia, ser superior, ponerte 0-1, tener a tu rival contra las cuerdas y… recibir un gol en la prórroga tras un doble fuera de juego y posteriormente una doble mano de un Monsieur (?). Para mi es una auténtica vergüenza, porque me cuesta creer que el asistente sueco no lo viera, me recuerda a los casos no tan lejanos de los arbitrajes a Italia y España en Corea del Sur, o al penalti pitado por el cuarto árbitro –tras ver la repetición por la TV- en la Confederaciones a favor de Brasil, frente a Egipto.

Sea un robo o un error humano, lo cierto es que esta noche en la FIFA sonríen, ya tienen su Mundial, sin sorpresas exageradas, con todas las estrellas en el álbum de Panini, por las que, por cierto, no pagan nada, esperando ampliar sus ya de por sí gigantescas arcas. Propongo que para el 2014 la FIFA nombre a las 32 selecciones que quiere en su cortijo y se deje de milongas, menos sufrimiento habría tenido el septagenario Trappatoni, menos habrían llorado 4,5 millones de irlandeses, tan cerca de su cuarto Mundial, pero en el fondo, tan lejos.
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Lo que dice la web de la FIFA sobre la jugada:

Un revuelo en el área irlandesa, casi una melé. Henry se acomodó el balón y los irlandeses pidieron mano. Sin embargo, el delantero puso un centro franco para que Gallas marque. Hubo protestas de un lado y festejos del otro.


Fotos: AGENCIA EFE

17 septiembre 2009

Manchester derby


Denis Law se convirtió en un mito vistiendo la camiseta del Manchester United. En Old Trafford estuvo 11 temporadas, en las que marcó 237 goles y levantó 2 Ligas, 1 FA Cup y 1 Copa de Europa, Balón de Oro incluido. Formaba, junto a Best y Charlton, la Santísima Trinidad. Lo que no todos saben, es que antes estuvo en el City y que, además, se retiró vestido de citizen, y mandando al United a segunda. Ocurrió el 27 de abril de 1974. El City visitaba a un United al borde del abismo que necesitaba puntuar para no descender. Perdió 0-1, con un gol de tacón de Denis Law, que al finalizar la temporada se retiró diciendo que aquel había sido uno de los momentos más tristes de su carrera.

Esta es sólo una historia más del Manchester derby, encuentro que se repite este domingo en Old Trafford, uno de los más parejos de los últimos años, con los equipos igualados a puntos en lo alto de la tabla, y eso que el City ha disputado un partido menos. La nota negativa es que el Man of the Match, Carlos Tévez, tiene muy complicada su presencia tras lesionarse en el Argentina-Brasil. Él es uno más de la lista de jugadores que pasaron de un equipo al otro, un elenco marcado en sus inicios por el fichaje en 1908 de Billy Meredith, estrella por entonces del City, por el ManU, donde alzó la primera liga local de los red devils. Otro personaje ilustre es Matt Busby, mítico técnico del United durante 44 años que, en su etapa de jugador, vistió la camiseta del City durante 8 temporadas –con el que ganó una FA Cup y 1 Liga- y 3 la del Liverpool, el otro rival histórico del ManU.
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La historia de los 'derbys' de Manchester es, como en todos estos casos, legendaria, con momentos míticos que han marcado una rivalidad totalmente irrevocable. Los del City, de origen protestante, y los del United, cuyos primeros aficionados eran católicos. Los primeros acusan a los red devils de ser un equipo de las afueras de Manchester, con pocos seguidores en la ciudad y basado siempre en el dinero (los famosos Moneybags United). Los del ManU consideran que su rival histórico es el Liverpool y que el City está en un nivel muy inferior. Y es que, aunque el ManCity tuvo épocas doradas en las que estuvo por encima de su vecino, se ha ganado la fama de ser uno de los ‘pupas’ de la Premier, club que, por ejemplo, vio al United levantar su primera Copa de Europa precisamente el año que ellos alzaban su segunda y úlima Liga. No obstante, también han tenido sus alegrías. Títulos aparte, los del City siguen presumiendo de sus dos últimas victorias en liga en Old Trafford, que distan en 34 años, dos triunfos sonados. El penúltimo, en 1974, fue el que mandó al United al pozo. El último, un 1-2 en la temporada 2007-08, el día del 50 aniversario del desastre de Múnich, día que amargó en parte el homenaje del ManU.

Atrás quedan los años de estadio compartido, el Maine Road, casa legendaria durante 80 años del City, hasta 2003, que fue también la del United durante cierto tiempo, tras quedar Old Trafford muy mermado por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. De éstos surgió una leyenda entre los seguidores del City en 1994. El equipo azul cielo fichó del Dynamo de Dresden al alemán Uwe Rösler, de quién la afición decía que su abuelo había sido uno de los que bombardeó Old Trafford. ¿Y qué decir del “caso Keane”? El 21 de abril de 2001, en una pelota dividida, el capitán del United entró duramente al noruego Alf-Inge Haaland, que ya no volvería a jugar nunca más a fútbol. En un principio pareció un lance del juego, aunque algunos recordaron que, 5 años antes, el noruego, por entonces jugador del Leeds, fue el que lesionó a Keane. Todo se destapó con la publicación de la autobiografía del capitán del ManU: «Había esperado mucho tiempo. Le golpeé jodidamente duro. El balón estaba allí, creo. Toma ésta, bastardo. Y no vuelvas a mirarme burlándote de falsas lesiones”. Ya lo decía George Best: “los Manchester derby eran una guerra, mejor no te atrevieras a perder”.

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Bonus:

Chistes habituales en referencia al contrario (extraído de http://www.elgrafico.com.ar/)

Del City al United:

1) Claudia Schiffer, Bill Gates y Osama Bin Laden van a ver a una bruja que­ tiene el auténtico espejo de la Cenicienta. En la sala de espera, Schiffer dice­: “Seguro que soy la más guapa del mundo”. Gates acota: “Y yo soy el más rico d­l mundo”. Bin Laden se florea: “Y yo, el más odiado del mundo”. Uno a uno, van pasando. Schiffer sale sonriente­. Al rato, Gates sale festejando, gritando “lo sabía, lo sabía”. Por último, entra Bin Laden y sale despotricando: “¿Quién demonios es este David Beckham?”.

2) ¿Qué se obtiene si el Manchest­r United desciende?
Respuesta: 60 mil nuevos hinchas del Arsenal.

Del United al City:

1) ¿Cuántos hinchas del City se necesitan para cambiar una lamparita? Re­spue­sta: Ninguno, ésos siempre estuvieron muy contentos viviendo en las sombras.

2) Una maestra de primario les pregunta a sus alumnos de qué trabajan sus padres Después de escuchar respuestas como “médico” o “arquitecto” una chica la sorprende diciendo: “Mi papá es basurero de día y stripper en un cabaret gay de noche”. Conmovida, la maestra hace salir a los alumnos para hablar con la niña. “Eso es verdad? Es terrible”. “Claro que no, -contesta la niña-, en realidad es jugador del Manchester City, per me dio mucha vergüenza decirlo”.

El gol de Law que manó al United a segunda:










La venganza de Roy Keane:









El "amor" de Oasis por el ManU:






10 agosto 2009

27 mayo 2009

Cuando el Stadio Olimpico se convirtió en el Colosseo


Esta noche es LA NOCHE. Este partido es EL PARTIDO. Llegó la gran final soñada por casi todos. Hay decenas de datos, números, paralelismos, anécdotas que giran entorno a lo que hoy, a partir de las 20:45, acontecerá en la Ciudad Eterna. Un ManU intratable en Europa contra un Barça maravilloso pero con bajas en defensa con opción de entrar en la historia de los más grandes. No sé si es el partido del siglo, pero sí uno con un cartel de lo más espectacular. No tengo tiempo para poner lo que ya se ha escrito en decenas de medios. Me quedo con dos curiosidades, posiblemente absurdas y pilladas con pinzas, que no aparecen en la web de la UEFA por motivos obvios. Como dicen los chistes: tengo una noticia buena y una noticia mala.

Primero, claro está, la mala:

- Año 1992, el Barça gana la primera de sus Copas de Europa frente a un equipo italiano, la Samp. Dos años después, se enfrenta en Atenas (ciudad bellísima con muchas piedras antiguas) a otro equipo italiano que viste de blanco para la ocasión, el Milan, y cae derrotado duramente.

- Año 2006, el Barça logra la Champions derrotando a un equipo inglés, el Arsenal. Tres años después, se enfrenta en Roma (ciudad maravillosa con muchas piedras antiguas) a otro equipo inglés que viste de blanco para la ocasión, el ManU.

Ahora la buena:

- Año 2006, se estrena la película El Código Da Vinci, adaptación de la novela de Dan Brown. La trama se desarrolla en París. Ese año el Barça obtiene su segunda Copa de Europa en París.

- Año 2009, se estrena la película Ángeles y Demonios, otra adaptación de una novela de Dan Brown. Esta vez la trama se desenvuelve en Roma y, claro está, la final se disputa allí. Obviamente, el Barça estará en ella.

Nada más, hasta aquí mi rápida e improvisada aportación.

Visca el Barça!

27 abril 2009

I want it all


Música - The Queen: I want it all

Hace 10 temporadas, Barcelona y Chelsea no se habían enfrentado jamás en Copa de Europa. Sonaba a algo exótico, a un triple enfrentamiento –triple por partido de desempate- en Copa de Ferias en la temporada 65-66, y nada más. Hoy, es todo un clásico europeo con decenas de litros de tinta vertidos en su haber. A nadie se le escapa que gran parte de culpa la tienen los petrodólares de Abramovich y el estilo punzante y amenazador de Mourinho, padres del Chelski que hoy en día camina por Europa como un gigante con ansías de títulos y reconocimiento. Ya es un grande.
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En demasiadas ocasiones, se ha intentado mermar el mérito del Chelsea aludiendo al talón infinito del mecenas ruso. Casos como el del Tottenham o el del Manchester City, sin salir de la isla, demuestran que el dinero no te garantiza éxitos dentro de un deporte tan ilógico como es el fútbol. Abramovich se plantó en Londres, liquidó la deuda, fichó al entrenador del momento y le dio todo lo que quiso. ¿Requisitos? Títulos y grandeza hasta gobernar el mundo. Después de arrasar en la Premier ante los gigantes históricos, el sueño húmedo de Abramovich, el siguiente y definitivo paso, siempre ha sido la copa de las grandes orejas. Acostumbrado a conseguir todo lo que quería, sus ojos incrédulos en la pasada final de Champions, y en su casa, denotaban ese fracaso inesperado en una vida plagada de éxitos. Y es que lo del ruso ya no es negocio. Ha ganado reconocimiento público, pero ha perdido mucha pasta con su Chelsea, y eso, unido a la crisis global y a su multimillonaria separación matrimonial, hacen que los rumores de venta del club cada día sean menos chismorreos y más realidad. Todo esto nos indica que la entidad del dinero infinito está en una de sus últimas oportunidades de lograr aquello para lo que fue construido. Además, sus vacas sagradas empiezan a ver demasiados treses en su DNI. Terry estuvo a un resbalón, pero el destino les ha reservado otra oportunidad.
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Este Chelsea es una mutación del creado por Mourinho, que ideó un 4-3-3 casi perfecto basado en la solidez defensiva, las líneas muy juntas, presión y fuerza en el centro del campo, recuperación de balón en la creación del rival, latigazos veloces por banda y en triangulaciones a 2-3 toques en las 3/4 partes de la zona de ataque. Su Chelsea fue maravilloso, con denominación de origen, con jugadores made in Mou como fueron Carvalho, Essien, Obi Mikel o Drogba, uniendo a ello el legado británico liderado por Terry y Lampard que el portugués supo readaptar y potenciar. Los fracasos en Europa acabaron con Abramovich entrando en la parcela deportiva. Negó fichajes e impuso otros hasta que la lucha de egos terminó con el técnico luso en la calle.
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Tras el resbalón de Terry y el fracaso estrepitoso de Scolari, parecía que el Chelsea había terminado un ciclo, año de transición, pero todo cambió en cuanto se fichó al hombre milagro, Guus Hiddink, el 'mago', un tipo capaz de ganar una Copa de Europa con el PSV empatando los últimos 5 partidos, capaz de llevar a Corea del Sur a las semifinales de un Mundial, de situar a Australia en el mapa balompédico y de plantar a Rusia entre las cuatro mejores de Europa en la pasada Eurocopa. Hiddink tiene el don de los grandes seleccionadores y que les falta a la mayoría de técnicos de club, sabe exprimir aquello que tiene, sean cracks o medianías. Como sucede con los combinados nacionales, el técnico tulipán tiene lo que tiene y debe ganar con esas piezas. Y otra vez lo ha hecho de maravilla. No emplea un esquema fijo y puede pasar de un 4-3-3 a un 4-2-3-1 o a un 4-4-2 según marquen las necesidades. Esta capacidad camaleónica de los blues les hace poderosos e imprevisibles, por lo que tengo severas dudas acerca de cómo plantearán el partido del Camp Nou.
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En un principio, se espera un 4-2-3-1. La portería, obviamente, será para Cech, un portero que ha bajado enteros mediáticos desde que un duro golpe le puso un casco protector de por vida. Ha protagonizado errores de bulto, pero sigue siendo lo más parecido a un pulpo de brazos larguísimos que para todo lo que le llega de media y larga distancia. El penalti que le atajó el pasado fin de semana a Noble es sólo otro ejemplo. Falla más que antes, eso sí, en los balones colgados y en las salidas. En defensa, la lesión de Carvalho y la sanción a Ashley Cole obliga al Chelsea a improvisar. Hay variables posibles, como ver a Essien de lateral, pero las últimas pruebas sitúan a Bosingwa (excelente lateral) en el carril zurdo, a Ivanovic en la derecha y a Alex y Terry en el centro de la zaga. Por delante de ellos, Essien, como ya hiciera con Gerrard, será el perro de presa de Xavi mientras Ballack ayudará en el juego de transición. En la mediapunta, sólo Lampard parece fijo. Liberado de tareas defensivas y con menos metros por delante este inglés de juego maravilloso ha mejorado notoriamente en los últimos meses para asemejarse al que en su día mereció el Balón de Oro. Trabajador, luchador, con una visión de juego fantástica y un golpeo de balón sublime, Lampard es el líder indiscutible que Touré Yaya deberá anular como sea. Por bandas los más probables son Malouda y Kalou, mientras en punta el Barça volverá a padecer a Drogba, un delantero que vuelve a parecerse al de antes, uno de los arietes más difíciles de marcar de todo el planeta. Fortísimo, con chute desde media distancia, buena caída a bandas, remate de cabeza, buen uno contra uno y con un juego de espaldas dificilísimo de contrarrestar.
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Sea o no este el once del Chelsea, lo que está claro es que buscarán el enroque, el contraataque y el balón parado. La idea será la habitual en estos casos, no dejar pensar al Barça juntando líneas y anulando a Xavi e Iniesta, por eso no se descarta la presencia de Obi Mikel. Recuperado el balón, Lampard será el enlace en busca del contraataque, ya sea por bandas con finalización de Drogba o por diagonales de los dos falsos extremos. Si el ataque es en estático, balones largos al ariete costamarfileño y buscar la segunda jugada de los tres mediapuntas sin desajustar el sistema defensivo. Aquí surge la tercera arma, el balón parado. Más allá de los córners, en los que Terry, Alex, Ballack, Ivanovic y Drogba son peligrosísimos, están las constantes faltas al borde del área que el ex del OM es capaz de sacar y con las que Lampard por colocación o Alex por potencia suelen conllevar muchísimo peligro.

Así se presenta el Chelsea, un clásico moderno del fútbol europeo, un club que lleva cinco años llegando a las semifinales en busca de ese sueño que todo futbolero tiene alguna vez, alzar la orejuda entre el We are the Champions. Además, Abramovich vería cumplido otro hit de The Queen, el I want it all. Hiddink es el elegido para finalizar la obra de Mou y convencer a Abramovich que puede lograr todo lo que se propone. El ruso lo quiere todo y sólo le falta la Champions. Pero para eso deberá doblegar al equipo que mejor juega, al que más goles marca, al que le clavó 5 al Lyon y 4 al Bayern alumbrando hasta a los futbolescépticos, otro que también lo quiere todo este año, un equipo que tiene un sueño, demostrar que en esto del balón, también se pueden levantar trofeos jugando con él.
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Datos de interés:

- El Barça ha caído los 2 últimos años frente a equipos ingleses: Manchester United y Liverpool. La anterior, eso sí, venció a uno de Londres, el Arsenal.

- Barcelona y Chelsea se han enfrentado en 11 ocasiones en partido oficial: 3 en la Copa de Ferias 65-66 (2 victorias culés, 1 derrota), 2 en fase de grupos de la Champions League 06-07 (empate y victoria del Chelsea) y 6 en eliminatorias directa de la UCL, 98-99, 04-05 y 05-06 (2 clasificaciones del Barça y 1 del Chelsea con 3 victorias azulgranas, 1 empate y 2 victorias de los blues).

- Hiddink ha disputado como técnico 4 partidos de Liga en el Camp Nou con Valencia y Real Madrid, y en todos ellos ha perdido encajando siempre 3 goles.

- Del primer precedente en Champions League, temporada 98-99, aquella eliminatoria que llegó a la prórroga y que terminó con un recordado 5-1, sólo quedan Puyol y Xavi. Cudicini estuvo en el banquillo del Chelsea, pero en el pasado mercado de invierno se fue al Tottenham
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19 abril 2009

El Villarato y la manipulación

Entender el comportamiento de un medio de comunicación y los efectos reales que éste puede provocar en los actos de las personas es una tarea complicadísima. De ello se ocupan las ciencias de la comunicación e información, que reflejan sus estudios en lo que se han venido a llamar las Teorías de la Comunicación, una asignatura doble que todo periodista debe pasar sí o sí en la carrera universitaria. Siendo una ciencia inexacta, obviamente, conlleva cientos de líneas distintas que demuestran que los teóricos no se ponen de acuerdo, mientras ayudan a que la ciencia vaya avanzando. No entraremos en detalles, los hay que dicen que los medios sólo marcan la agenda del día, los que afirman que los líderes de opinión tienen una fuerte presencia en nuestra visión, los que dan a los mass media un enorme poder… Yo nunca me he atrevido a aproximarme rotundamente a una de estas teorías desmintiendo a las demás, aunque tengo claro que el papel periodístico debería ir encaminado a mostrar fielmente aquello que nos rodea. Claro está, la tarea es compleja cuando entramos en terrenos pantanosos que llevan consigo una enorme carga emocional. Casos evidentes son la política y la religión. Lo que es inadmisible es emplear ese poderoso foco con que la era de la comunicación ha dotado a los medios para mentir y manipular sin ánimo de decir la verdad. Aquí entran las famosas campañas. Y si ya es grave emplearlas, más aún es afirmar sin reparos que existen. Algo falla.

Ayer, en la rueda de prensa de Guardiola en el Alfonso Pérez, un periodista de la capital lo hizo sin problemas con la siguiente pregunta: “¿Crees que la campaña que hemos hecho desde Madrid en referencia al Getafe ha conseguido el objetivo contrario provocando que tus jugadores salieran sobremotivados?”. Espectacular. Por un lado, afirma la existencia de una campaña creada a dedo. Por otro, confirma que se creen el centro del universo con poder para crear campañas que afecten a todo el Estado español. Aquí podemos entender mejor las pataletas de estos cuando las campañas van dirigidas hacia Europa o más allá logrando como resultado la pura ignorancia. Sin entrar a valorarlos, los casos Alonso-Hamilton, la no inscripción de Lass y Huntelaar en la Champions o el affaire Atlético de Madrid-OM son una prueba. La respuesta de Guardiola fue sublime: “Desconozco si mis jugadores leen la prensa de Madrid”.

Después del “partido del cochinillo”, de “la cofradía del clavo ardiendo” o del “Robben es mejor que Messi”-campañas potentes con resultados variopintos- la línea a seguir en la Agenda Settings es el famoso Villarato, un enorme e indudable éxito que desde la semana pasada se ha remasterizado a conciencia. No hay nadie en la España balompédica que no sepa qué es y, peor aún, existe muchísima gente que cree que existe de verdad. Alfredo Relaño y sus secuaces del diario As fueron los ideólogos de una teoría conspiratoria que se ha tematizado hasta llegar al bar más incomunicado de España. La idea, a grandes rasgos, es: Laporta votó a Villar –enfrentado con De la Morena desde hace tiempo- como presidente de la RFEF, un ser manipulable y despreciable, mientras el Madrid fue con Don Gerardo González. Es por eso que existen órdenes estrictas para que los árbitros perjudiquen siempre al Real Madrid y ayuden todo lo que puedan al Barcelona. Si ocurre lo contrario, seguramente el árbitro será duramente castigado y habrá que recordar errores pasados para demostrar que por cada fallo en contra, el Barça recibe 5 favores.

Y así cabalgamos, y así han logrado que la semana pasada un árbitro saliera a decir que ellos no ayudan a nadie, muestra evidente que el objetivo ha sido alcanzado. Y todo con un Barcelona que practica un fútbol bello y efectivo frente a un Madrid que gana y gana aburriendo. Da lo mismo, según Marca la Liga está asignada por Decreto. Ayer, sin ir más lejos, al Barcelona no le pitaron 2 penaltis a favor, le anularon un gol legal a Messi e invalidaron un mano a mano por un inexistente fuera de juego. Mientras, en Huelva hubo un penalti no pitado a favor del Recre y un palo a bocajarro de Raúl en claro fuera de juego. ¿Resultado en los medios afines? Obvian lo acontecido en el Nuevo Colombino y afirman que los errores en contra del Barça son una verdadera noticia para todos.

Lejos quedan aquellos años en los que se recitaban, sistemáticamente, los tópicos más antiguos: “los árbitros son humanos”, “es imposible decidir en décimas de segundo”, “ni con 10 repeticiones se ve clara la jugada”, “los equipos que más atacan son los que reciben más penaltis a favor”, “los árbitros siempre ayudan al grande y perjudican al pequeño”… Hoy nada de eso ocurre, hoy reina el Villarato, hoy los árbitros sólo cumplen órdenes del ser supremo de la Federación. Es la campaña del Relañato, que actúa con sus periodistas como ellos acusan de actuar a Villar (todos a una con un objetivo común). Aún y siendo en mayoría castizos (hola Roncero) y casposos (hola Roberto Gómez, hola Torrico) los líderes de opinión del Relañato se atreven a romper con un refrán bien antiguo. Y es que en esas casas de herreros, sí hay cuchillos metálicos, y bien afilados.

06 abril 2009

Bayern de Múnich: el retorno de un gigante












No hay ni un solo seguidor del Bayern que no recuerde la última vez que su equipo saltó al Camp Nou bajo el himno de la Champions. Fue el 26 de mayo de 1999. El rival no era el Barça, sino el ManU, y en juego estaba el título. El 0-1 del minuto 90 indicaba que aquella noche la cerveza correría a destajo por Múnich en un adelanto de la Oktoberfest. La historia es conocida. En los dos minutos más recordados de esta competición Sheringham y Solskjaer lo cambiaron todo y mandaron a Kuffour a uno de los llantos más desconsolados que se han visto jamás en el Camp Nou. Aquel fue el último gran Bayern, el de Ottmar Hitzfeld, el que al año siguiente llegaría hasta las semifinales para coronarse rey de Europa en el tercer intento, en San Siro (2001). Y a partir de ahí, el desierto. Nunca desde entonces ha superado los cuartos de final e incluso se vio relegado a luchar por la UEFA el pasado curso en una muestra evidente de grande venido a menos. Ahora, y después de tanta travesía por la mediocridad, el Bayern aspira a todo. A pesar de ser incapaz de asestar un golpe sobre la mesa en la Bundesliga, está demostrando ir en serio en Europa, donde sigue invicto.

Este Bayern es un equipo con una pegada descomunal. No en vano, es el máximo goleador de la Champions (junto al Barça) y el segundo de la Bundesliga (sólo superado por el Wolfsburg). Tiene un killer en toda regla como Luca Toni, que además es especialista en convertir cualquier melón en una pelota válida para los francotiradores de la media. A su lado, Podolski es el complemento ideal: rápido, eléctrico, con regate y experto en el juego al espacio. La dinamita la complementa un centro del campo fortísimo y plagado de llegadores como son Zé Roberto, Van Bommel, Schweinsteiger y Ribéry. Y por si fuera poco, hay que sumar las incursiones constantes de Lahm y las subidas descontroladas de Lucio. Todo ello provoca que el ataque del Bayern se convierta en una emboscada vertical y continua en el que
la profundidad por las bandas juega un papel primordial. A todo este arsenal potente y directo pero arcaico, hay que añadirle el toque cualitativo que aporta Ribéry, máximo asistente de la competición (6), que configura junto a Lahm una banda izquierda exquisita. El francés es el líder del equipo y domina tanto la conducción en carrera como el último pase. Mágico e imprevisible, Scarface es la referencia en la creación y el máximo peligro.

Pero no todo son virtudes. La falta de rigor táctico hace del Bayern un conjunto frágil defensivamente y que en ocasiones se parte en dos. Esto les ocurrió el sábado pasado en Wolfsburgo, y el festín que se dieron Dzeko y Grafite fue histórico (5-1). Sin un mediocentro destructor puro y con los laterales demasiado arriba, el equipo alemán deja muchos espacios atrás. Además, cuando más sufre es precisamente enfrente de equipos que dominan el balón y que apuestan por el juego entre líneas, parcelas en las que el Barça es el mejor. El antecedente
que más nos puede servir es el partido del Allianz frente al Werder Bremen. Terminó 2-5. La preocupación de Klinsmann es tal, que en Alemania se especula con un cambio en el dibujo táctico que reforzaría el centro del campo en detrimento de uno de los puntas. Esta medida cobró fuerza tras la lesión de Klose, pichichi de la actual Champions, que se perderá toda la eliminatoria.

Así se presenta este renacido gigante con cuatro Champions en sus vitrinas y una fatídica noche barcelonesa en la retina que les privó de la quinta. Casi 10 años después de aquello, el Bayern volverá a pisar el Camp Nou con la máxima de lograr marcar algún gol para rematar la faena
en su majestuoso Allianz Arena. La estadística dice que lo tiene todo de cara, y es que el Barcelona nunca ha ganado al Bayern de Múnich en partido oficial. Otra cosa son las sensaciones, y éstas nos dicen que los pupilos de Guardiola son superiores a los alemanes. Ya saben lo que decía Lineker. Es la hora de que el Barça rompa con los números, y con los mitos.
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Datos de interés:
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El Barça y el Bayern son los dos máximos goleadores de la Champions 2008/09 con 24 goles en 8 partidos.
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El Barça, que todavía no sabe lo que es dejar su portería a cero en el Camp Nou, es de los 8 supervivientes el equipo que más goles ha encajado, 11. En Alemania, el Bayern sólo ha mantenido a cero la portería contra el colista, el Karlsruhe.
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Barcelona y Bayern sólo se han enfrentado en cuatro partidos oficiales: 2 de UEFA y 2 de Champions. El balance es netamente favorable a los alemanes: 3 victorias y 1 empate.
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Klose, que será baja en los dos partidos, es, junto a Gerrard y con 7 goles, el máximo goleador de la competición. Ribéry, por otro lado, lidera la tabla de asistencias con seis.
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El Bayern es, junto a Liverpool y Manchester United, el único equipo invicto en la actual edición de la Champions.
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El año pasado el Bayern ganó el séptimo doblete doméstico de su historia con prácticamente el mismo equipo de ahora.