05 diciembre 2008

¿En qué quedamos?

Sin ánimo de tocho y con poco tiempo, quiero exponer un doble rasero muy habitual en nuestro periodismo que hoy se ha vuelto a producir. Dentro del apretado calendario que entre FIFA, UEFA, LFP y demás se han propuesto generar, los futbolistas deben ajustar las agendas para ampliar más y más sus cuentas corrientes. Ya sabéis: las promociones publicitarias. A mi me importa poco si Messi o Xavi se desplazan dónde sea para ceder su imagen a cambio de más euros. Es un poco lo que hay. Eso sí, ya me inquieta más que el periodismo que tanto se aprovecha de estos propios actos luego los critique. Es un poco lo de “morder la mano que te da de comer”, pero queda muy bien decirlo.

Las marcas publicitarias buscan caras conocidas acordes con el público objetivo de su producto para que éste quiera vestir, calzar o oler igual que su ídolo o que el personaje famoso de turno. Así es como deportistas, actores o famosos del papel cuché ganan dinero extra a cambio de una mañana o de una tarde. Y lo “mejor” es que TODOS ganan. Es evidente, pero en un trabajo que realicé durante un año lo vi más claro si cabe, pues me tocó acudir a varios de estos actos. Es fácil: la marca X busca al personaje popular Y y “genera” un acto. Semanas antes avisa a todos los medios del “acontecimiento” en cuestión para que las agendas de los mass media lo tengan en consideración (eso equivale a páginas de diarios y minutos de tv y de radio reservados). La marca gana, porque gracias a esa cara “invitada” su logo o lo que quiera promocionar tendrá espacio "gratis" en los medios (y ya sabéis lo carísimo que es un anuncio). El personaje gana, porque recibe dinero (mucho) a cambio. Y los medios ganan, porque a cambio de poner publicidad subliminal tendrán fotos, imagénes audiovisuales y una breve rueda de prensa del famoso en cuestión. Y hay más negocio, porque detrás suelen haber empresas que se dedican a la organización y otras que ofrecen el ineludible y exquisito catering.

Claro está, si la invitada es Isabel Presley, irán medios como Lecturas, Channel nº4 o Sé lo que hicisteis. Si el que va es Messi, los medios deportivos acudirán para sacarle unas fotos y, a poder ser, unas declas frescas. Pero en el fondo, el objetivo es el mismo: encubrir un acto publicitario bajo el formato noticia o “suceso que merece ser noticiable” (aquí entrarían los valores noticia y otros conceptos que tampoco creo que sean necesarios desarrollar).

Hasta aquí todo correcto. Ahora bien, siempre que se producen estas "pseudonoticias", aparece el periodista X para criticarlas, considerando que el deportista dedica más tiempo a actos promocionales que a su actividad deportiva y a su club. Sucede siempre. Así, por ejemplo, hoy he leído un artículo al respecto. Es la contra de Lluís Mascaró, director adjunto de Sport, que empieza así:

“Dentro de 48 horas el Barça afronta el segundo ‘puerto de montaña’ de la etapa reina de la Liga y aquí nadie se acuerda del Valencia. O, al menos, eso es lo que parece. Llevamos cuatro días inmersos en una vorágine de presentaciones, actos publicitarios y campañas de prestigio personal. No es, sin duda, la mejor manera de concentrarse para el partido del sábado por la noche en el Camp Nou contra el tercer clasificado del campeonato”.

La opinión de Mascaró es eso, su opinión. Y repito, no es sólo él, pues lo han hecho y lo harán muchos otros, pero resulta chocante que luego el diario Sport, EMD y demás le hayan dado tanto bombo a estos mismos actos con multitud de fotos y declaraciones. Así es como Nike y Adidas han ganado su publicidad, pues han aparecido en todos los medios. Y no sólo se recoge la información referente a los jugadores en cuestión, aparecen datos tan “importantes” como que una parte -que no todo- del suelo de la flamante nueva tienda de Nike de Barcelona está fabricada con bambas recicladas. Si a los medios les molesta tanto que los jugadores vayan a estos actos, lo primero que tendrían que hacer es evitarlos negándoles el valor-noticia. Y ojo, que no lo dice uno cualquiera, el que levanta la voz en este caso es el director adjunto del medio que luego abre la edición del día con el acontecimiento. Y es que sin medios, no hay actos. Si entras en el juego, luego no te quejes, porque tú mismo estás provocando que la multinacional Y ya esté pensando dónde y cuándo será el próximo “acto” y, lo más importante, quién será la nueva cara que provocará un aumento de ventas para la marca. ¿Repetimos?



01 diciembre 2008

Goles en Alta Tensión


Hay formas y formas de celebrar la máxima del fútbol, el gol. Hay de todo, jugadores que alzan un brazo, otros que miran al cielo en reconocimiento a un ser querido, delanteros que hacen el avión, que señalan el escudo, que se santiguan, que piden perdón, que cogen el balón para correr al centro del campo... Es un mundo aparte que permite a los montadores de video generar auténticas joyas audiovisuales. Y lo reconozco, es una parte del fútbol que me apasiona. ¿Quién no recuerda a Fowler esnifar la cal del terreno de juego? ¿Y Bebeto acunando a un niño imaginario en el Cotton Bowl en USA 94? ¿Y las butifarras de Schuster y Giovanni? ¿Y a Leandro imitando a un perro mientras mea? ¿Ronaldo y las cucarachas? Está clarísimo que es un tema que merece un post aparte. En ocasiones, la celebración va relacionada a la importancia del propio gol. Otras, en cambio, te indican cómo es aquel jugador concreto. Romario era impasible y, excepto en contados goles, así lo demostraba después de mandar el balón a la red. Al otro extremo encontramos al protagonista de este post, un jugador limitado técnicamente, un ariete con poquísimos goles de videoteca y que sólo algunos situarían entre los mejores de la historia. Con todo, es a día de hoy y con 65 tantos el máximo goleador en competiciones europeas según la UEFA (ver Nota 1) y uno de los futbolistas que más efusivamente canta sus goles, por algo le llaman Alta Tensione.

Siempre se ha dicho que Italia no es país para arietes técnicos. En un fútbol históricamente etiquetado como estratégico y defensivo el gol se cotiza muy alto. Podríamos discutirlo, pero lo daremos como válido. Ya lo dijo Sacchi antes de la Euro 2008: “En Italia la cultura futbolística sigue siendo defensiva. Aquí, primero se trata de asegurar al equipo en defensa y luego veremos qué pasa o qué hacemos”. Lo cierto es que hay pocos países que tengan entre sus leyendas a tantos defensas: Maldini, Ferrara, Baresi, Cannavaro, Scirea, Cabrini, Gentile, Fachetti, Bergomi... Dentro de este ámbito, los jugadores técnicos son excepciones con nombres como Roberto Baggio, Meazza, Totti, Zola, Donadoni o Del Piero que algunas veces recibieron un trato discriminatorio por parte de sus técnicos. Con todo, el delantero clásico italiano habitualmente ha sido un cazador del área, un depredador del mínimo hueco para marcar. Rossi, Schillaci, Vieri, Vialli, Lucarelli o Luca Toni son ejemplos de una etiqueta en la que se encuentra Filippo Inzaghi. Muchos más goles de empujarla que de bella factura, pero, al fin y al cabo, muchos goles.

Inzaghi nace en Piacenza, en la Emilia Romagna, y será en las categorías inferiores del club de su ciudad en el que se forme como gran goleador. Jugador rapidísimo, siempre al límite del fuera de juego, siempre en el lugar preciso. En la temporada 91-92, con 18 años, debuta con el primer equipo en la Serie B, aunque sólo juega dos partidos. Al año siguiente es cedido al AlbinoLeffe ( provincia de Bérgamo), que se encuentra en la Serie C1, y marca 13 goles en 21 partidos. Su buena actuación hace que el Hellas Verona pida su cesión. 13 goles más avalan su calidad. Sus buenos números hacen que su club de origen, el Piacenza, lo recupere. En su ciudad natal marca 15 goles y contribuye al ascenso del equipo a la Serie A. En Italia ya no es un desconocido y el todopoderoso Parma se fija en él y lo adquiere por 1 millón de euros. Con un Scala cuestionado en el banquillo, Inzaghi no acaba de adaptarse. Además, sufre varias lesiones que le restan continuidad en un equipo victorioso pero en clara decadencia. Tras esa temporada, se sentará en el banquillo del Ennio Tardini un técnico muy ligado a la carrera de Inzaghi: Carlo Ancelotti. Aunque Pippo sólo marca 4 goles con el Parma, deja su sello en la vuelta de la eliminatoria de Recopa contra el Halmstad en la que los italianos remontaron un 3-0 adverso con un gol de Inzaghi en el minuto 1. Cabe destacar, además, su primer gol en Serie A. Éste llega el 29 de octubre de 1995 y se lo marca al Piacenza, su club de formación. Fuera ya del Parma, Inzagol aterriza de nuevo en la provincia de Bérgamo, esta vez para jugar en el Atalanta. Lo que ocurrió aquella temporada le cambiaría la vida por completo y, de rebote, varió la historia del Calcio contemporáneo. Mientras Ronaldo explota en Barcelona, un joven delantero italiano copa todas las portadas de la prensa deportiva italiana. Velociraptor anota aquella temporada 24 goles en la Serie A, siendo además capocannonieri. Le marca a todos los equipos del campeonato menos al Udinese y al Perugia.

En verano vuelve a hacer las maletas y aterriza en la Juventus de Lippi, Del Piero y Zidane. Su primera temporada es espectacular. Anota 26 goles (6 de ellos en Champions League), gana el Scudetto y se planta en la final de la Copa de Europa, que pierde contra el Real Madrid. A pesar de la buena temporada, aquella derrota deja muy tocada a la Vecchia Signora, que al año siguiente deambula sin pena ni gloria quedándose fuera de los puestos Champions. En febrero Lippi deja el cargo y entra en su lugar Carlo Ancelotti. La Juve llega a disputar las semifinales de la Liga de Campeones, pero tras un 1-1 en la ida, cae 2-3 frente al Manchester United. Los dos goles, casualmente, son obra de Inzaghi. En las dos siguientes temporadas, Pippo sigue marcando goles, pero éstos no sirven para que la Juve gane el Scudetto. Y lo tuvo cerca en la 99-00, pero perdió el título en la última jornada en beneficio de la Lazio.

Al término de la 00-01, Inzaghi es traspasado al Milan por 41 millones de euros dejando atrás 89 goles en 4 temporadas. Casualidades de la vida, a los dos meses de aterrizar en San Siro, el Milan cambia de técnico. Fatih Terim es despedido y en su lugar llega, cómo no, Ancelotti. En Milán, Inzaghi marcará más goles que nunca, pero también se lesionará en multitud de ocasiones. Ya en su primera temporada sufre un lesión de rodilla que sólo le permite disputar 28 partidos sumando todas la competiciones (16 goles). Al año siguiente, Inzaghi vuelve a ser el Velociraptor de antes y firma un año espectacular. Gana la Coppa (con gol en la final) y la tan esperada Champions League ante su ex equipo, la Juventus. En el campeonato europeo, SuperPippo marca 12 tantos en 16 partidos y deja para la historia uno de sus goles más recordados. En octavos, con el Milan virtualmente eliminado frente al Ajax y con 2-2 en el marcador, bate a Lobont con un globo inverosímil en la última jugada del partido. El conjunto rossonero está en plena época dorada y en la temporada siguiente se impone por fin en el Scudetto. Pero aquella temporada no será buena para Inzaghi, que se rompe los ligamentos de la rodilla. La recuperación, además, no da los frutos esperados y las recaídas y las segundas lesiones son constantes. En temporada y media Inzaghi sólo puede jugar 20 partidos. Con 32 años, parece que su carrera está próxima a su fin. Nada más lejos de la realidad. En varias declaraciones, Inzagol asegura que todavía tiene fútbol por delante y lo demuestra en momentos puntuales, entre recaída y recaída. Así, por ejemplo, en la primera fase de la Champions, anota el 2-1 ante el Celtic en el minuto 89.

En la temporada 2005-06, Inzaghi se recupera de sus dolencias y vuelve al equipo. Ya no es titular, pero asume el papel de revulsivo como nadie y vuelve a marcar goles importantes. Por aquel entonces Inzaghi lleva ya tiempo sin vestirse la azzurra. A pesar de ser el quinto mejor goleador de la selección italiana siendo sólo superado por ilustres como Riva, Meazza, Piola, Baggio y Del Piero, Lippi no cuenta con él y parece imposible que pueda volver para el Mundial de Alemania. Pero su sed es insaciable y vuelve a mostrar ese afán de superación propio de un debutante y se gana la convocatoria a base de goles. En las 7 últimas jornadas de campeonato, marca 10 goles y en Champions vuelve a firmar tantos decisivos que llevan al Milan a las semifinales. Antes de la vuelta de los octavos de final que enfrentan al Milan con el Bayern, Oliver Kahn se burla de él en unas declaraciones. Esa noche Pippo marca 2 goles. Y en los cuartos más de lo mismo. Después de empatar 0-0 en Lyon, los rossoneri se adelantan con gol de Inzaghi, pero ven como Diarra pone el 1-1 que les deja fuera. Cómo no, Pippo desata la locura en el 88'. No hay excusas y Lippi le convoca como quinto delantero y, aunque sólo disputa un partido en Alemania, deja su huella con un gol frente a la República Checa. Dos semanas después, se alzaría con el Mundial.

Con 34 años y con un cuerpo castigado por las lesiones, siendo además campeón del Mundo, de Champions, de Italia y estando ya en la lista de los capocannonieri, parece que Pippo ya ha vivido toda la gloria posible. Para Inzaghi no. Como consecuencia del Moggigate, el Milan debe disputar la previa de la Champions League frente al Estrella Roja. Inzaghi casi no ha descansado tras el Mundial, pero recibe con buen agrado la llamada de Ancelotti. Y no defrauda, marcando dos goles en la eliminatoria. Ya en la fase de grupos, también marcará, frente al AEK. Aquella es la Champions de Kaká y de su partidazo en Old Trafford, pero Inzaghi le vuelve a marcar a Kahn en los cuartos. Y llegó la final, otra vez frente al Liverpool, y ante el escepticismo de muchos, Ancelotti le sitúa en el once incial. Tenía que ser la noche de Pippo, ese jugador capaz de superar con esfuerzo y dedicación a otros con mayores virtudes tangibles, y vaya si lo fue. Dos goles y MVP de la final. Dos tantos que concentran todas las características de Inzaghi. En el primero, la pillería y la buena colocación. En el segundo, la velocidad, el desborde y el juego al límite del fuera de juego. Y no terminó ahí, pues marcó también en la final de la Supercopa de Europa frente al Sevilla y en la final del Mundial de Clubes, por partida doble, contra Boca Juniors. Aquellos dos goles, además, le convierten en el único jugador en marcar en todas las competiciones internacionales.

Y suma y sigue, ya que Inzaghi parece no saciarse. De momento lleva dos goles en el campeonato actual y en UEFA marcó uno frente al Heerenveen. El miércoles Raúl anotó frente al BATE e igualó a Inzaghi en la clasificación histórica. Al día siguiente, y con el Milan perdiendo 2-1 frente al Porstmouth, un balón a la desesperada de Zambrotta cayó a los pies de Inzaghi. Antes ya había estrellado dos balones en los postes, pero entonces no era el momento Pippo. Ahora corría el minuto 92 y era la última jugada. Y claro, segundos después Inzaghi volvía a correr histérico hacia un córner. Era el enésimo momento de Alta Tensión. Lo había vuelto a hacer en el tiempo de descuento.

Muchos pueden creer que Inzaghi ya ha jugado sus 10 mejores partidos, pero lo cierto es que ha renovado su contrato. El máximo goleador italiano de la Champions, el único que ha marcado en todas las competiciones, un delantero que lleva 169 goles en Serie A y 305 en partidos oficiales, ese jugador tosco con el balón y dueño de los goles extraños, siempre al límite del fuera de juego y del reloj. Estar en el momento adecuado en el lugar preciso no es nada fácil en el fútbol, y en el Calcio menos. Gilardino, Vieri, Crespo, Tomasson... llegaron y se fueron, pero Inzaghi sigue ahí, esperando que el cuarto árbitro levante el tablón para variar el sentido de las cosas. Sí, es evidente, todavía quedan más momentos de Alta Tensione. Qué nadie lo dude.
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Nota 1: Las extrañas cuentas que acostumbra a mover la UEFA suelen llevar a varias listas, a veces confusas. Así, en este caso, no se contabilizan ni los goles anotados en Intercontinentales, Mundiales de Clubes ni Copas de Ferias. Las dos primeras por no ser europeas y la tercera por no considerarse “oficial” (?). En el caso de contabilizarse esta última, el máximo goleador sería el “Torpedo” Müller, con 69 goles.

Nota 2: Filippo Inzaghi es todo un matador también en el campo del amor. Sin pareja oficial, es uno de los solteros de oro de Italia y sus rumores de noviazgos varios son el pan de cada día en el mundo del amarillismo. Su último golazo lo ha marcado con Alessia Ventura, una actriz y presentadora de televisión. Os dejo la foto. ¿Y todavía existe alguien que opine que Inzaghi no habría sido un buen fichaje en el pasado verano? Dónde haya una Filippa, que se quiten 10 Hlebas.



Nota 3: Filippo Inzaghi tiene un hermano pequeño, Simone, que también es un delantero con gol, aunque menos mediático y prolífico que Pippo. En la tercera foto aparecen los hermanos Inzaghi antes de un Juventus-Piacenza.

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Video 1: recolecta de goles




Video 2: el gol frente al Ajax



Video 3: la final de Inzaghi frente al Liverpool en imágenes