21 marzo 2006

Tras la senda de Tony Montana Tras la senda de Tony Montana

La revolución laportiana que el fundador de l’Elefant Blau nos vendió en las elecciones no llegó a más. Su idea “renovadora” y “levanta alfombras” murió el mismo día que l’amic Jan entró en la Casa Azulgrana. Ya la entrada fue con puñalada a la espalda incluída cuando el prometido Beckham en campaña electoral se fue al día siguiente al Real Madrid. Tras casi tres temporadas (que son 4 en términos estrictamente estatuarios) son muchos los peros que se le pueden achacar al dueño del “que n’aprenguin” que los buenos resultados deportivos están tapando. Echó a su ex amigo Sandro Rossell, maestro jedi en fichajes, por quitarle protagonismo, se abrazó con su ex enemigo Gaspart en la RFEF a cambio de más cercanía con el dudoso Villar, no levantó las esperadas alfombras, vendió patrimonio del club (hoy Can Rigalt, mañana, ¿el Miniestadi?), no permite la crítica de la prensa a su gestión (desarrolla la política de “o estás conmigo o estás contra mí”), destrozó el equipo campeón de baloncesto, impuso a su cuñado en la junta para lograr limar los avales, renovó todos los contratos de los cracks adulterando las cuentas del club, magnificó la etapa de Dream Team olvidando todas las demás grandes épocas de triunfo culé, etc, etc, etc. Laporta está siendo un presidente regular con la suerte de tener un equipo de fútbol de ensueño (él no quería a Ronaldinho, quería a Beckham; el no quería a Deco, quería a Ballack y el no quería a Márquez). Al final, hasta la mentira de Beckham le salió bien. El único error de las anteriores etapas que Laporta, de momento, no ha cometido ha sido la de vender a los cracks. Que Ronaldinho lleve 3 temporadas en Barcelona y Deco y Eto’o 2, me parece un milagro que con Gaspart no se hubiese logrado. Espero que todo siga igual, pero algunas voces apuntan que Laporta volverá a pecar. ¿Por qué no se renueva ya mismo a Márquez? ¿Por qué Deco huele a baja para la próxima temporada? ¿Por qué se habla cada día de ofertas a un Eto’o que el pasado año vio bien aumentado su salario? Cuando algún osado quiere fichar a Shevchenko o a Kaká, sale Galliani y dice la frase mágica: “El Milán no es un equipo que venda jugadores”. Del mismo modo se comportan el Real Madrid, la Juventus o el Bayen. En cambio, el Barcelona tiene fama de equipo vendedor, de club formador de grandes estrellas. Romario, Ronaldo, Figo o Rivaldo son buenos ejemplos. Si finalmente alguno de los cracks de este equipo se larga este verano, Laporta ya será otro Gaspart más. Ya se sabe, es lo que tiene el precio del poder.

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