Ayer fue un día de grandes encuentros en Europa, y eso que el
Inter-Roma quedó aplazado por los deleznables hechos de
Catania. En
Inglaterra, el
Manchester United aplastó al
Tottenham en el White Hart Lane por
0-4. En
Alemania, un sólido
Schalke 04 doblegó al
Werder Bremen en el Weser por
0-2. Y en
Francia, el clásico entre
Olympique de Marsella y
PSG terminó en
1-1. Quizá, el gran partido continental con menos repercusión mediática fue el
Klassieker de la
Eredivisie, el
Ajax-Feyenoord.

Un
Ajax reenganchado a la lucha por el título tras las dos derrotas consecutivas del
PSV se medía a un
Feyenoord en horas bajas. En
De Kuip, los de
Erwin Koeman cayeron por un estrepitoso
0-4, por lo que las expectativas anunciaban tormenta para los visitantes. Y al final así fue.
4-1. Resultado engañoso que no refleja lo acontecido sobre el césped del
Amsterdam Arena. El
Feyenoord salió mucho mejor posicionado que el
Ajax, controló el balón y dispuso de una opción inmejorable para adelantarse, pero el uno contra uno de
Charisteas frente a su excompañero
Stekelenburg acabó con el balón en la base del
poste. Poco después, los
ajacied, hasta el momento desaparecidos en ataque, anotaron el
1-0.
Sneijder lanza una falta desde 30 metros, el balón, que iba muy centrado, golpea en
Vincken y se cuela en la portería de
Timmer. El gol descoloca al ‘equipo de la reina’ y destapa el tarro de desajustes que viven los del hermanísimo esta temporada. A su vez,
Sneijder y
Davids se hacen con el control de la medular y el
Ajax empieza a carburar. Y en dos minutos locos, otra vez
Sneijder y
De Mul dejan el marcador en un escandaloso
3-0 tras dos soberanas jugadas de
Babel por la izquierda. Se intuye una lluvia de goles.
Leonardo y
Emanuelson destrozan la banda de un
Greene totalmente desahuciado mientras que las posesiones del
Feyenoord no se alargan más allá de dos pases seguidos. Pero una jugada aislada de
Vincken termina con un centro que
Charisteas transforma en el
3-1 y que mete de nuevo al
Feyenoord en el partido.

Tras el descanso, el los de Rotterdam vuelven a dominar, pero todo el peligro lo centraliza
Vincken por la banda derecha. Demasiado previsible.
Ten Cate responde y da entrada al veterano
Lindenbergh, que seca por completo el único agujero
ajacied. Con el
Ajax dejando pasar los minutos, al
Feyenoord sólo les quedaba la individualidad para lograr el gol del acercamiento, y ahí la suerte les volvió a dar la espalda. Pelota a los pies de
Charisteas, que se revuelve y chuta cruzado, pero el balón, de nuevo, golpea la base del
poste. Poco después, como ya sucediera en la primera parte,
Sneijder anota el
4-1 definitivo. Con esta abultada victoria, el
Ajax sigue segundo, pero a sólo
5 puntos del
PSV. El
Feyenoord, por su parte, camina en la
quinta posición, la última que da acceso al
playoff, y el fin de semana que viene visita al cuarto clasificado, el
Twenty.

Más allá del resultado, el
klassikier de ayer fue un partido de nombres propios. Fue el encuentro de
Davids, que tras
11 temporadas volvió ayer a vestir la camiseta del
Ajax cuajando, además, una gran actuación. También fue el partido de
Sneijder, que con su
hattrick dejó atrás las voces críticas que estas últimas semanas le acusaban de tener la cabeza puesta en un futuro lejos de Amsterdam. Otro nombre propio fue el de
Castelen, que tras
8 meses exactos desde su último partido volvió a pisar un terreno de juego. La última pieza
feyenoorder del mítico triángulo
Ka (Kalou) -
Ku (Kuyt) -
Ca (Castelen) es la gran esperanza para salvar la temporada. Otros protagonistas fueron los jóvenes y excelsos
De Mul y
Leonardo.
Huntelaar, que vivió todo el encuentro sentado en el banquillo por decisión técnica. Y, obviamente, también fue el partido de
Charisteas, que pisó con éxito -un gol y dos postes- y con la otra camiseta el
Amsterdam Arena.
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Fotos de
www.feyenoord.nl y de
www.eredivisie.nl.