15 octubre 2007

Padece usted insomnio, vea a Brasil Padece usted insomnio, vea a Brasil

Hasta la oveja más marchosa bostezó anoche viendo el 0-0 con el que acabó el primer partido clasificatorio de Brasil para el lejano Mundial de Sudáfrica. Aunque a Carlos Caetano Bledorn Verri, alias Dunga, ya le vamos conociendo, no deja de sorprender que un combinado con tanto fútbol ofrezca un espectáculo tan lamentable como el visto ayer noche. Sólo el empuje y la anarquía del juego colombiano permitieron que uno no se quedara sobado ante el televisor. Decían los comentaristas que Kaká había afirmado horas antes que el empate era un gran resultado. Sería cierto, pues ya en la primera parte Julio César, meta de la verdeamarelha, vio una amarilla por ¡perder tiempo!

Dunga continuó con la tradición de los últimos brasiles y sacó un equipo partido por la mitad. Atrás, línea de 4 con Maicon, Juan, Lúcio y Gilberto y doble pivote para Gilberto Silva y Mineiro. En el medio, metros y metros de césped y arriba el famoso cuadrado para algunos mágico formado por Kaká, Ronaldinho, Robinho y Vágner Love. Con ello, el partido de Brasil se resume en poco espacio. Pases horizontales entre los 6 defensores. Si Kaká bajaba a recibir, el juego se enlazaba con Ronaldinho o con Robinho que, o bien se caían (esos tacos de goma), o bien recibían falta tras una larga y lenta conducción. Si Kaká se escondía -algo que ayer ocurrió en demasiadas ocasiones-, balonazo buscando a la boya Vágner Love que siempre terminaba en posesión colombiana. Juego lento, pérdida constante de tiempo y final del partido. En medio, una única ocasión de gol a botas de Ronaldinho tras pase al hueco de Kaká y cambios amarrateguis de Dunga que no dicen nada bueno de su concepto balompédico –Baptista por Robinho, Josué por Vágner Love y, ya en el 84’, Alfonso Alves por Kaká-.

Si Brasil aplicó el puedo y no quiero, Colombia fue el quiero y no puedo. Tampoco generaron grandes ocasiones de gol, pero al menos hubo esa intención de ganar tan carente en el conjunto de Dunga vete ya. Como era presumible, Ferreira aportó la conducción y la calidad, Falcao la presencia y el aguante y Rentería la movilidad y el desmarque al hueco. Mientras, el sevillista Mosquera gobernó el juego aéreo, único recurso de los brasileños. A mí me sorprendió gratamente el joven lateral de Nacional Estiven Vélez, que ayer cumplió con nota su séptima presencia con Colombia y al cual no había visto nunca en acción. El acometido de Colombia fue siempre el de darle la velocidad al balón que Brasil intentaba negar. Ferreira por el centro, y Vélez y Castrillón por las alas superaban con cierta facilidad una zaga brasileña muy poblada pero desajustada. Sin desplegar un gran fútbol, el combinado cafetero fue superior a Brasil y mereció mejor suerte, pero dos veces Julio César, y otras dos la tripleta arbitral –hubo un posible penalti en la primera parte y un fuera de juego inexistente de Rentería, que se quedaba sólo, en la segunda- evitaron que los locales se alzaran con la victoria ante un Campín lleno hasta la bandera.

Al final el resultado casi fue lo de menos. Un punto para Colombia ante Brasil es una buena noticia, más tras comprobar una mejora en su juego después de la Copa América que hace que la clasificación para Sudáfrica, tras faltar a los dos últimos mundiales, sea un sueño posible. Y para Brasil, pues el punto parece tener buen sabor, algo que realmente me estremece. Con decir que el campo estaba muy blando por la lluvia y con la excusa de la altitud parece que tienen suficiente para justificar lo injustificable. Y eso que Dunga, que nadie se engañe, no tiene toda la culpa. Que el técnico de las camisas horrorosas es un Capello mal aplicado que intenta jugar al ajedrez con fichas del parchís es indudable. Pero el partido que ayer firmaron los 3 supuestos cracks del fútbol brasileño es para empezar a temblar. De Ronaldinho poco queda por decir. Hace tiempo que no sonríe, y eso, conociendo al gaucho, es una mala noticia. Y es que desde que no enseña los piños se ha convertido en un futbolista vulgar. Ayer se paseó por Bogotá como si de un turista del Inserso se tratara. Ralentizó el juego y se escondió en la banda como si la cosa no fuera con él. Los mal pensados dirán que el Gaucho siguió las directrices de Laporta, pues parecía que se estaba dosificando. De Robinho más de lo mismo. Lento, desaparecido y apático con el balón. Siempre se movía hacia el lado contrario al que iba la pelota pero sin desmarque. Y cuando la tocaba, se iba al suelo fruto, imagino, de una mala elección de los tacos.

Punto y aparte para Kaká. Cada día me recuerda más a Ronaldinho. Digamos que el azulgrana ha pasado por tres etapas: la brillantez, el quiero y no puedo y la desaparición total que vive en la actualidad. Pues bien, Kaká parece inmerso en la segunda fase. El año pasado era brillante. Todo lo que hacía era bueno: goles, conducciones majestuosas, tempo perfecto… Y esta temporada parece racanear, no sé si por pérdida física-cansancio acumulado, o por cierta desidia mental, pero lo cierto es que el Kaká de ayer empieza a preocupar. Y es que lleva varios partidos parecidos con el Milan. Desaparece en el juego y sólo se activa a balón parado o en alguna jugada puntual -como Ronaldinho el año pasado-. Ha perdido esa presencia constante en el juego, ese estar en todos los sitios que le hacían especial y temible. No sé si primero es el huevo o la gallina, si Kaká está padeciendo el mal inicio rossonero y la táctica dunguiana o, si bien, el Milan ha bajado por el mal estado de su baluarte. Sólo el tiempo nos lo dirá, pero el Kaká de Bogotá está a años luz del de Manchester.

Con todo, Brasil ayer hizo bostezar y el problema es que este hecho se está convirtiendo en una norma. El miércoles reciben en Maracaná a Ecuador, un equipo cómodo ante la táctica del ralentí. No obstante, el peor rival será una afición que no permitirá la estafa que vimos ayer. Ya se pueden ir activando, o les esperan dos largos años de críticas y silbidos. No queremos sueño inyectado por vena, para eso ya tenemos a otros equipos, ¿verdad Capello?

2 comentarios:

Hijo de Guti dijo...

Tan parecida la lentitud de ayer de Brasil a la de un equipo que tiene cuatro fantásticos...

ignashevich dijo...

@ hijo de guti
Me parece inadecuado comparar a Brasil con el Barcelona, pues el esquema táctico de unos y otros no se parecen en nada. Pero bueno, es una opinión, y como tal, aceptable.