>>> Queen - I want it all
Hoy es el día del todo o nada. Aunque el Barcelona sea ya el virtual campeón de Liga, esta noche, una eliminación frente al Milan sería la caída en el infierno, un nada en el casillero del imaginario culé. Lo siento, pero es que el nivel del equipo es tan grande que las expectativas de éxito nos han desbordado. No es prepotencia, es exigencia. A pesar del nivelazo del Milan de Shevchenko, Kaká, Inzaghi, Seedorf, Pirlo, Nesta y Maldini, este Barça debe ganar hoy. La derrota es totalmente posible, pero, de ser así, el batacazo sería enorme.
Este Barcelona merece jugar la final de París, más todavía tras vencer en el histórico encuentro de San Siro. Luego ya veremos. Las finales no entienden de favoritos ni de méritos, sólo responden a 90 minutos de locura donde los jugadores se transforman para bien o para mal en otros, pues el psíquico juega un papel tan o más importante que la calidad, el físico y la preparación táctica.
El de esta noche es el partido del 18 aniversario de todo adolescente. Esta en juego el hacerse mayor o el quedarse en niño con cuerpo de hombre. Y hoy queremos dejar de jugar a las chapas para pegarnos una timba de Póquer. El pulso es ante un veterano guerrillero curtido en mil batallas, con tatuajes en los brazos que homenajean victorias y cicatrices en la cara fruto de las derrotas más ruínes. Y al otro lado, un Barcelona casto y puro con ganas de pecar.
Hoy es el partido del todo o nada. No hay marcha atrás. Estamos cerca de la cima. El oxígeno escasea pero la bajada ahora es imposible. Ya saben, cuanto más alto subes, más grande es la caída, pero también mayor es el éxito. Parafraseando a Freddie Mercury, "lo queremos todo, y lo queremos ahora".
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