26 octubre 2005
ROJA DIRECTA al Comité de Competición: por mofarse del fútbol
Hoy hay jornada de Liga. Ya saben, después de la jornada 8 se juega la 11 por la extraordinaria planificación del calendario. Pues bien, hoy jugará Beckham. No tenía pensado hablar sobre un tema tan sobado y pretendía incluirlo en mi tarjeta roja semanal, pero es que no puedo.
Por un lugar, el Comité de Competición, con el merenguetti Alfredo Florez a la dirección, decide quitarle la roja al modelo inglés que en los ratos libres juega al fútbol aludiendo que "el colegiado insta en el acta que expulsa al dorsal 23 por mofarse, y nosotros creemos que no existe mofa". ¡Toma ya! Yo no digo que Daudén no pudiese mirar al tendido cuando un Beckham rabioso le aplaudía despectivamente, sino que veo que el Comité lanza a los leones al colegiado rearbitrando una jugada, si más no, discutible.
En segundo lugar, tenemos la tarjeta de Messi. Todas las televisiones, radios y diarios hablan de penalty claro no señalado. ¡Todas! Nadie duda, no hay debate. Pues bien, en el acta se indica que "se amonesta con tarjeta amarilla al dorsal 30 por simular penalty". Queda claro que la tarjeta es injusta y que, si ya el Barcelona sufrió el hecho de verse perjudicado por la no señalización de la pena máxima, ahora ve como Alfredito Florez y su séquito de chupopteros considera como válida la tarjeta. Esperemos que los 3 jueces de Apelación sí miren el video.
Estos hechos concretos sirven para tocar uno de los temas de la temporada: la relación Barça-FEF tan de moda en los medios de la capital. Quizá la Federación esté del lado del club del mentiroso compulsivo Laporta, pero el Comité de Competición -que depende de la FEF- sigue tratando con favores al club del "ser superior". Tampoco hay que olvidar la relación Real Madrid-LFP y su vicepresidente Tebas, que sigue impugnando la alineación de Messi empleando el foro abierto del Alavés en un claro acto de antibarcelonismo.
La Liga está así, con un Barcelona irregular pero en dirección ascendente y un Real Madrid mermado de lesiones pero con el expulsado Beckham en el once inicial. Hoy se vive otro acto, uno en Barcelona y otro en Riazor y ya espero ansioso que Tebas vuelva a impugnar la alineación de Messi, si es que no le expulsan en el calentamiento, que es demasiado bueno.
20 octubre 2005
Licenciatura en fútbol
Hay que ver lo fácil que es hablar de fútbol. En el bar los paletas discuten el sistema de Rijkaard, tu barbero te afirma que Antonio López no hizo penalti y que Giuly es malísimo… Que el deporte rey esté en boca de todos no es nada nuevo, pues desde los años de Kubala el “sanedrín” callejero sobre fútbol era ya un hecho real y, sin duda, necesario. No cabe olvidar que el fútbol mueve sentimientos y es un importante elemento de interacción social. Sirve como ejemplo la pasión con la que se vive éste deporte en Argentina, donde su gente olvida por un rato sus males económicos para gritar Vamos Boca en su querida Bombonera. Que la gente respire fútbol, pues, no es nada negativo.
El problema surge cuando algunas voces analíticas aparecen en los influyentes mass media para darnos su “licenciada” opinión. Teóricamente un análisis lo lleva a cabo una persona especializada en un determinado tema. Así pues, sería impensable leer un artículo sobre el impacto de la entrada de Turquía en la UE escrito por Tomás Guasch. En cambio, y como se supone que de fútbol toda la sociedad es especialista, no nos extraña ver a Llongueras discutir sobre la profundidad de Belletti en una tertulia televisiva. Si este hecho ya es grave y denunciable, aún lo es más que las teles y radios prefieran la actuación de estos pseudoespecialistas a la de personas con “licencia para rajar” porque los primeros dan más audiencia. Pero si la cuota en pantalla sube, no es menos cierto que la calidad de los espacios futbolísticos disminuye cada día más y más.
La gravedad del asunto se ha incrementado aún más en la prensa de Madrid. La llegada de sus “galácticos” ha abierto la veda en la selva del corazón. Ronaldo aparece más en el Salsa Rosa que la Pantoja y Beckham es un cliché habitual de las portadas de revistas tipo Qué me dices. Aún me duelen los ojos del día que visualicé, atónito, como el Aquí hay tomate hablaba largo y tendido sobre el ridículo cosechado por el Real Madrid en Leverkusen. ¿Y quién sale perjudicado en todo este embrollo? Por un lado la audiencia interesada en el fútbol, a la que se le niega una visión especializada y didáctica. En segundo lugar los periodistas deportivos, que ven como la Carmele les pasa por encima para analizar los males de la defensa del Madrid. Y por último, y más preocupante si cabe, el propio fútbol. Es lamentable que todo el mundo sepa que Beckham tuvo un lío con su asistente personal pero que en cambio se desconozca que la pasada campaña su bagaje goleador -4 goles- fue su segundo peor registro desde que se dedica a esto del fútbol (el peor fue la anterior temporada con 3 goles). Eso sí: es guapo, mediático y acaba de rodar una película.
O los propios periodistas reconducimos la situación, o nuestro querido y apasionante deporte está en vías de desaparecer. “Fútbol es fútbol”, dijo Boskov en su día, y este maravilloso deporte jamás debería llenarse de falsos especialistas y, menos aún, teñirse de color de rosa. ¿Hablamos de fútbol?
13 octubre 2005
Ir para nada es tontería
Hoy es el día después. Hoy la selección española debería estar ya en el mundial de Alemania o bien Luis Aragonés debería estar dimitiendo de su cargo. Pero ni blanco ni negro. España está en la famosa repesca que la FIFA se inventó para evitar los batacazos de las ¿grandes? que no hacen los deberes, para evitar otra Francia perdiendo contra la Bulgaria de Kostadinov y Stoichkov en el mismo Parc des Princes. Es más, este examen que es la fase clasificatoria para llegar a un mundial es con apuntes y sin profesor vigilando, pues la FIFA se ha inventado los cabezas de serie para dirigir todavía más el sorteo y evitar así un fatídico –para ellos, claro- Turquía vs España. Cabezas de serie que se han dirimido por el ránking FIFA de septiembre (¿y por qué de septiembre?) en la que España es la 7ª del mundo (pura ironía). Y a nosotros parece que ya nos está bien, pues si hubiésemos palmado en Bélgica habríamos caído a la primera, pero la Armada Invencible logró levantar la cabeza y seguir viva en la cruzada.
El problema de esta situación no es ya si eliminamos a Eslovaquia o palmamos en Suiza, el problema es que la selección de Aragonés ha repetido los mismos errores que el de la gorra que ahora no ha sido capaz de llevar a Silva, Iniesta y Juanfran al Mundial sub21 (sin repescas ni ostias). España continúa jugando a nada con un improductivo 4-2-3-1, continúa con el mismo bloque que murió en primera ronda en Portugal y continúa realizando un fútbol lento, sin gol y pobre, muy pobre. Este es el problema y no si Bolic tuvo el empate en Belgrado o no. Aragonés debe entender que Torres y Raúl no aportan los goles que deberían, que Vicente está bajo de forma, que de Joaquín se dice que aún está por explotar (y tiene ya 24 años), que el medio campo de España es muy pelotero pero muy débil, que… Y lo más triste de todo es que este vago análisis que acabo de realizar es el mismo que se realizó tras el gol de Nuno Gomes en Portugal. Nada ha cambiado. Es igual que España vaya o no al mundial, porque sus posibilidades de ganarlo se reducen a 0. La selección española debería ir a Alemania con el objetivo de llevarle el trofeo al inútil de Villar y no a salir en el álbum de cromos de Panini. A eso ya van Togo y Ecuador.
Es por ello que creo que sería mejor quedar eliminados ya en noviembre para que se llevara a cabo una auténtica renovación. Casos como el de Francia (muere en 1994 y gana el mundial de 1998) o de Holanda (muere con Van Gaal en 2002 y ahora realiza un fútbol novedoso y atractivo) pueden servir de ejemplo. Claro que me gustaría ver a España en el mundial (aunque JJ narre los partidos), pero para jugar tres lamentables partidos (los dos primeros horrosos y el último con la frase de “jugamos como nunca pero volvemos para casa en primera ronda como siempre”) es mejor quedarse en casa.
Pero va a ser que no. España ganará la repesca e irá al mundial. Padrón podrá viajar con su mujer y sus hijos a Alemania a vivir del cuento, JJ Santos y Luque podrán pajearse durante 7 meses con sus “quedan 250 días para el mundial” y la selección española podrá volver a hacer el ridículo. Es el leit motive de está selección chapucera: hacer las cosas tarde y mal.
11 octubre 2005
El Barça, la viuda negra del fútbol
Esta semana el Barça no ha jugado pero sí que ha perdido, y por goleada. El engañoso tema de las famosas rotaciones de Sevilla ha avanzado un escalón más y ha llevado a Deco a mostrar su cara más oscura. “Si no sirvo me voy”. Sus declaraciones han encogido el corazón del aficionado culé que vuelve a ver los fantasmas del pasado en forma de nueva espantá de sus ídolos.
Lo cierto es que desde la marcha de Sandro Rossell y de sus afines de la Nomenklatura culé algo no huele bien en el ambiente azulgrana. Aquel entorno unidireccional y unido del primer año del elefant blau ha petado en el peor momento y el club parece sumido otra vez camino de la desgracia. El Barça vuelve a demostrar al mundo que es un club grande con síndrome de pequeño capaz de lo mejor y de lo peor. Es imperdonable que, tras lograr conjuntar un elenco de estrellas que juegan bien, ganan y encandilan de nuevo tanto a la parroquia azulgrana como a la opinión pública mundial, todo se vaya al traste por culpa del famoso y asqueroso “entorno”. Es deleznable que desde el propio club se lancen filtraciones a la prensa que malhablen de sus estrellas, que digan que Ronaldinho sale o no de fiesta o que afirmen que Deco se queda fuera porque va a una fiesta de Ronaldo. Lo último que ha saltado a la luz pública es que poco antes de cerrarse el plazo de inscripciones para la Liga, Ronnie y Deco estuvieron a punto de marcharse juntos al Chelsea dejando al Barça con un palmo de narices (¡hay que ver lo malvados que son estos dos jugadores!, ¿verdad?). Ya es erróneo que la garganta profunda oficial del club hable, pero aún lo es más si lo que se dice es mentira. En todos los grandes clubes del mundo ha habido y hay estrellas que trasnochan y que no entrenan como deberían, pero la prensa debe protegerlos porque ellos son los que luego ganan los títulos, los que encandilan a la afición y los que, a la larga, hacen que un club sea grande.
Este es el mal endémico del Barça. Que a nadie le extrañe que tras el mundial Deco y Ronaldinho se marchen. Entonces la prensa dirá que son unos mercenarios que sólo sienten el color del dinero. Serán como Schuster, Maradona, Laudrup, Romario, Ronaldo o Figo. Todos ellos estrellas que vinieron a Barcelona a dar los mejores años de su fútbol y que se fueron por la puerta de atrás con la vitola de traidores. Curioso, ¿no? Más aún cuando vemos como los demás clubes sí logran mantener a sus estrellas en sus plantillas durante varios años. Valgan de ejemplo Giggs, Scholes, Shevchenko, Recoba, Henry, Nedved o Totti. Ya es hora de plantear otra hipótesis distinta a la establecida. Quizá los cracks que fabrica el propio Barça se vayan porque la idiosincrasia de este club es incompatible con ellos. Con Laporta parecía que las cosas iban a cambiar, pero el Barça del siglo XXI es el mismo, una viuda negra que asesina a aquello que más quiere y necesita y que se autoinmola cuando parece que el futuro pinta de lo más exitoso. Si este Barça no gana este año la Champions, no será por culpa de los petrodólares de Abramovich, si no que será penalti y expulsión del número 14, el dichoso entorno, con Cruyff de capitán y máximo estilete.
Lo cierto es que desde la marcha de Sandro Rossell y de sus afines de la Nomenklatura culé algo no huele bien en el ambiente azulgrana. Aquel entorno unidireccional y unido del primer año del elefant blau ha petado en el peor momento y el club parece sumido otra vez camino de la desgracia. El Barça vuelve a demostrar al mundo que es un club grande con síndrome de pequeño capaz de lo mejor y de lo peor. Es imperdonable que, tras lograr conjuntar un elenco de estrellas que juegan bien, ganan y encandilan de nuevo tanto a la parroquia azulgrana como a la opinión pública mundial, todo se vaya al traste por culpa del famoso y asqueroso “entorno”. Es deleznable que desde el propio club se lancen filtraciones a la prensa que malhablen de sus estrellas, que digan que Ronaldinho sale o no de fiesta o que afirmen que Deco se queda fuera porque va a una fiesta de Ronaldo. Lo último que ha saltado a la luz pública es que poco antes de cerrarse el plazo de inscripciones para la Liga, Ronnie y Deco estuvieron a punto de marcharse juntos al Chelsea dejando al Barça con un palmo de narices (¡hay que ver lo malvados que son estos dos jugadores!, ¿verdad?). Ya es erróneo que la garganta profunda oficial del club hable, pero aún lo es más si lo que se dice es mentira. En todos los grandes clubes del mundo ha habido y hay estrellas que trasnochan y que no entrenan como deberían, pero la prensa debe protegerlos porque ellos son los que luego ganan los títulos, los que encandilan a la afición y los que, a la larga, hacen que un club sea grande.
Este es el mal endémico del Barça. Que a nadie le extrañe que tras el mundial Deco y Ronaldinho se marchen. Entonces la prensa dirá que son unos mercenarios que sólo sienten el color del dinero. Serán como Schuster, Maradona, Laudrup, Romario, Ronaldo o Figo. Todos ellos estrellas que vinieron a Barcelona a dar los mejores años de su fútbol y que se fueron por la puerta de atrás con la vitola de traidores. Curioso, ¿no? Más aún cuando vemos como los demás clubes sí logran mantener a sus estrellas en sus plantillas durante varios años. Valgan de ejemplo Giggs, Scholes, Shevchenko, Recoba, Henry, Nedved o Totti. Ya es hora de plantear otra hipótesis distinta a la establecida. Quizá los cracks que fabrica el propio Barça se vayan porque la idiosincrasia de este club es incompatible con ellos. Con Laporta parecía que las cosas iban a cambiar, pero el Barça del siglo XXI es el mismo, una viuda negra que asesina a aquello que más quiere y necesita y que se autoinmola cuando parece que el futuro pinta de lo más exitoso. Si este Barça no gana este año la Champions, no será por culpa de los petrodólares de Abramovich, si no que será penalti y expulsión del número 14, el dichoso entorno, con Cruyff de capitán y máximo estilete.
06 octubre 2005
Messi, ¿de interés general?
Esta es una de esas semanas extrañas sin fútbol. Bueno sí, juega la selección, pero no es lo mismo. En España no, porque la gente prefiere una jornada de liga que un "aburrido" Bélgica-España. Es por ello que en estas semanas de interpase la prensa deportiva saca de todo para llenar páginas que vender. Qué si las celebraciones zoológicas de los cariocas merengues, qué si Lampard le ha dicho al amigo de su mejor amigo que le gustaría un día jugar en el Barcelona, qué si Del Nido quiere a un Duda que duda con qué hacer con la ampliación de su contrato, etc. Pura paja mental y papel mojado que sería irrisorio si el sábado hubiese un Barça-Madrid en vez de un Bélgica-España que, aún y siendo muy importante, no es un acontecimiento de máximo interés en el global de nuestra sociedad (excepto para JJ Santos y su "quedan 4 días y 20 minutos para jugarnos el mundial").
Dentro de esta semana extraña sin fútbol casero un tema ha explotado con virulencia dentro del mundillo del balompié español: el caso Messi. Uno de los jugadores que menos minutos ha jugado en la Liga Española esta temporada está en boca de todos desde el lunes. Todos los programas de radio hablan de él, desde RadioMarca hasta RAC-1. El tema es sumamente complejo y en la mayoría de debates nadie dice toda la verdad. Lo cierto es que el temita es ideal para la extraña semana y se le está sacando un jugo sabroso pero cansino y repetitivo. Lo tiene todo: artículos jurídicos que nadie entiende pero que todos ansían interpretar, lucha interna entre Barcelona y Real Madrid (FEF vs LFP), entrada del tema nacionalista catalán con el Estatut de transfondo tras las declaraciones de Laporta, sangre, conflicto y, lo mejor de todo, argumentos útiles por ambas partes para defender su causa.
Gracias a la rápida nacionalización de Messi, al veto de la "ley Messi" por parte de la LFP, a los minutos que jugó contra el Zaragoza y a las denuncias presentadas por el próximo rival del Barcelona en la Liga y por el equipo que cuenta con un presidente-utillero-entrenador lamentable e impresentable (por recomendación de su asesor jurídico y vicepresidente de la LFP) el nombre del jugador está en boca de todos. Aquel chaval que debutó en Do Dragao con el primer equipo del Barcelona, que se pega 50 toques con una mandarina, que campeonó con Argentina en el pasado mundial sub 20 y que levantó al Camp Nou en el pasado Barça-Udinese está en boca de todos por hacer lo mejor que hace, jugar al fútbol. Seguramente, si fuera mal jugador nadie habría dicho nada, pero como la liga que estaba llamada a ser la de "Robinho y sus bicicletas" finalmente será la de "Messi y su pasaporte" hay que hacer algo. Y que mejor que vetar al jugador el máximo de tiempo posible. Yo no niego que haya un posible fraude le ley por parte del Barcelona al emplear a un jugador con contrato profesional como si fuese juvenil, pero tampoco es menos cierto que si el jugador fuera un patata nadie habría dicho ni pío. Todo este embrollo no ha hecho más que perjudicar al chaval que, sin quererlo ni beberlo, ha sido la estrella de la semana por encima del "niño" Torres, del carro de Raúl y de la causa de la selección de todos y cada uno de nadie. Y esto ya gusta a la prensa que sólo sabe hablar de la selección para debatir sobre si tiene que jugar Torres o Villa. Lo que no gustaría tanto sería que en Riazor el jugón de las hormonas de crecimiento hablara alto y claro: "No queréis arroz con leche, pues tomad, dos chicharros".
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